sábado, 30 de agosto de 2008

Michel Henry y el blues de las 6 y 30


-Antes de embarcarte en cualquier camino tienes que hacer la pregunta: ¿tiene corazón este camino?
Carlos Castaneda (Las Enseñanzas de Don Juan)




El filósofo francés Michel Henry, contra las interpretaciones más frecuentes –estructuralistas, economicistas, cientificistas, tratará de poner en evidencia la progresiva edificación por Marx de una fenomenología de la praxis con sus conceptos originales que, haciendo pie en una comprensión inédita de la acción como esfuerzo viviente y como subjetividad irreductible, rompe con los supuestos de una tradición que comprende a las personas desde una objetividad económica.

El título del post remite a una canción de Menphis la Blusera: les comparto algunos fragmentos:

"...Nene, levantate que tenés que ir a la escuela,
Hombre, levantate que tenés que ir al trabajo,
El blues de las 6 y 30 me desespera,
Suena el despertador, me siento un esclavo.
Los párpados me pesan,
Mi boca se abre y bosteza,
Un millón de moscas vuelan en mi cabeza,
Me lavo la cara apurado, paro el colectivo,
Me voy al trabajo forzado, siempre dormido,
El blues de las 6 y 30 me desespera..."

¿Qué siente para vos el personaje de esta canción?
Para el marxismo en la medida en que la mediación del hombre consigo mismo está dada por una relación fetichizada, su propia vida también está fetichizada.
¿Qué pensás respecto a esto? ¿ Existe en nuestra cultura una disociación entre el trabajo y el placer? ¿ y por casa como andamos? ¿Tú trabajo honra tu valor y tu tiempo? ¿Hace aparecer "tu mejor versión"?



7 comentarios:

Ana Elizabeth dijo...

Sobre la disociación entre el trabajo y el placer.

Separando el alma del cuerpo, separando las condiciones materiales de vida de la propia experiencia empírica ayuda como un mecanismo de defensa del sistema capitalista a que los "hombres" sientan que pueden ser "felices" en su interior, más allá y más acá de las relaciones de explotación y dominación. Esta separación, entre lo "interno" y lo "externo" favorece al pensamiento de que "no importa que trabajes 9 horas,ganes un salario mediocre y que no tengas qué comer, lo que verdaderamente importa, muchachos, es que se puede ser feliz con uno mismo ( y más que Jesús te ama)" ...
Razonamiento que se lee a la vuelta de la esquina, penetra tan profundo en la mente, interpelándonos junto con miles de estrategias, para que el conformismo opere.
Conformando y convenciendo a los "hombres" que el "american dream" es posible con tan solo "un poco de esfuerzo".. (y sos obrero y dejas tu vida literalmente en la fábrica o la mina, no importa diría el cuervo Moses, hay un cielo maravilloso, con San Pedro esperándote ansioso)

"Se puede ser feliz a las 6 de la mañana" escucho decir a Pettinato todos días viajando como ganado, alienada por demás, explotada por mis jefes que se niegan a darme un aumento..

Sí importa que me estén explotando a diario y que tenga que vender mi fuerza de trabajo porque no nací en otra "casta" y no poseo los medios de producción.
Sí importa el engaño y la distracción que la industria cultural opera en nuestras conciencias.
Sí importa que se quieran ocultar y deformar la explotación y la lucha de clases.
Pero más importa el " ¡bah.. y a mí que me importa!"


Ana Elizabeth Salvi

Abel Vera Hidalgo dijo...

Anita sos la primera comentarista! felicidades che! y muchas gracias por tus comments
me gusta que expreses tus opiniones:)
te propongo un idea...
Te recomiendo un libro que habla sobre el trabajo, las sociedades y las personas, el autor se llama Robert Kiyosaki, Padre Rico, Padre Pobre, te animarías a leerlo?

Ana Elizabeth dijo...

Sí, claro!

Guillermina dijo...

Coincido un poco con Anita, es un poco lo que plantea Marcusse...abría que analizar si todo tiene que ser tan opuesto...si se es explotado sin importar esa parte interior como algo engañoso...o si pensando en un sujeto dividido, podemos mantener una margen de autonomía en la conciencia o en los sentimientos por decirlo de alguna manera...creo que es texto de Henry habla un poco de esto, pero a mi particularme me deja en esta ambuiguedad que planteo...no se si se entiende...
Saludos a todos...

Abel Vera Hidalgo dijo...

Guillermina gracias por comentar!
Muy interesante lo que mencionás,
el problema es que a veces nos planteamos como sujetos divididos
por eso puse en la nota el epígrafe de Castaneda para "ilustrar" esta entrada, es de otra esfera de conocimiento, pero te transcribo otros párrafos para ver que te provoca su lectura

“...¿Tiene corazón este camino? Si tiene, el camino es bueno;
si no, de nada sirve...Ningún camino lleva a ninguna parte,
pero uno tiene corazón y el otro no. Uno hace gozoso el viaje;
mientras lo sigas eres uno con él. El otro te hará maldecir tu vida.
Uno te hace fuerte; el otro te debilita...”
Don Juan en “Las enseñanzas de Don Juan” (Carlos Castaneda)

Anónimo dijo...

Me deja un pensando bastante esa frase... pienso que el entorno muchas evces hace dificil segui "el camino del corazon", pero también es cierto que cada uno puede llevar su luz a los lugares por los que va, como dijsite en clase.
Un saludo y gracias por la frase
guillermina

Carla dijo...

Boockchin, en su libro “Ecología de la libertad” distingue entre dos libertades: la libertad del trabajo y la libertad de trabajar. Poder elegir de qué trabajar y cuándo trabajar. Ahora, ¿hasta que punto, el actual sistema en el que estamos insertos (que aunque critiquemos y queramos no podemos salir de él por la simple razón que entramos en él dócilmente) nos deja pensar en esta dos libertades?
Hoy, trabajo y placer son, para muchos, dos términos separados. Elegir de qué trabajar es, en la mayoría de las cosas una utopía, solo pensamos en cómo sobrevivir.
Podemos elegir no trabajar…¿pero cuanto tiempo podemos aguantar sin tener un ingreso económico? El mismo sistema limita nuestras decisiones. ¿Cómo actuar entonces? ¿Podemos elegir no ser sujetos alienados en un mundo regido por el trabajo abstracto? Sí, podemos! Pero en esta puja gana el sistema, conocedor ilustre del conformismo…