miércoles, 27 de agosto de 2008

Aprender a aprender


El secreto real de las artes consiste en ser siempre un principiante
Shunryu Suzuki





El budismo zen dice que si uno quiere ser un gran pintor debe primero aprender las técnicas de la pintura durante varios años y después olvidarlo todo.
La técnica que queda después de algún tiempo es la verdadera técnica, es aquella que se decanta y se convierte en una parte de nosotros, como si fuera una vértebra o un hueso de nuestro cuerpo.
Ser creativos consiste también en la capacidad de olvidarnos de la técnica. Por eso las personas creativas aprenden a no volverse esclavas de sus destrezas: así la pintura, la actuación, la música o el dibujo se convierten en medios y no en fines, para poder expresar nuestros sentimientos y emociones.
Los bailarines de flamenco llaman a eso “el duende”: si no existe el duende en el bailaor o el cantaor, es porque sólo se le ve la técnica.
El arte y la creatividad consiste en esconder la técnica y de esa manera poder ponerla al servicio de lo que queremos comunicar. En mi barrio dirían “mente fría, pecho caliente”
Yo pude sentir esa “magia” cuando fuí a ver un espectáculo donde tocaba Luis Salinas.
Creo que ese “duende” de los artistas se genera porque conservan una actitud de apertura permanente al aprendizaje, porque son flexibles y se permiten estar abiertos a la novedad, y el asunto es que cuando “la vamos de expertos y sabihondos” en algún terreno corremos peligro de encerrarnos en nuestros propios conocimientos ya aprendidos y nos podemos perder la oportunidad de traer cosas nuevas a nuestra vida.
Para pensar juntos esta cuestión les comparto un breve cuento Zen: ¿ Qué impresiones les deja esta historia?

Las trece copias

Había una vez un sabio que fue capaz de inventar una máquina que podía sacar copias perfectas de cualquier ser humano vivo. Una mañana el sabio produjo doce copias idénticas a sí mísmo y se metió entre ellas porque sabía que esa noche la muerte lo iba a venir a buscar. Justo a medianoche la muerte entró a su casa y, al abrir la puerta, se encontró frente a frente con las trece copias hechas por la perfecta máquina del sabio. Muy asombrada la muerte exclamó:

- ¡El invento es perfecto! Lástima que tenga una pequeña falla…

-¿Cuál – dijo el sabio dando un paso hacia delante.

- Precisamente, esa- contestó la muerte- Y agarrándolo del hombro se lo llevó para siempre…

4 comentarios:

Marie dijo...

La verdad me gustó mucho este post.. y estoy completamente de acuerdo con que la creatividad es un arte que no se enseña.. precisamente se encuentra innato en las personas..

Abel Vera Hidalgo dijo...

Marie gracias por tu comentario,
Si también creo que todos tenemos un costado creativo y está muy bueno estimularlo, pero eso justamente no es una actividad "de cabezones" sino algo lúdico y principalmente vivencial.

Anónimo dijo...

Me tocó preparar el tema de filosofía oriental y fueron varias las cosas que me llamaron la atención. Con respecto a la creatividad, me parece que estaría bueno pensarla en relación a nuestra vida cotidiana, práctica, y no solo vinculada a las actividades artísticas. justamente creo que nos falta creatividad para la vida, para ampliar nuestro campo de emociones y percepciones. Por eso me llamó la atención la idea del Espíritu Ordinario, no como cualquier espíritu, sino como una espiritualidad que se realiza y adquiere sentido en la experiencia. Al mismo tiempo, mientras leía el texto pensaba si nosotros, desde la estructura racional y emocional que tenemos interiorizada, podemos llegar a vivir esas experiencias de las que hablaba el texto, como el momento de iluminación, y llegar a establecer esa relación con lo externo y la naturaleza. Como no puedo pensarlas, son sensaciones que me parecen irreales o inalcanzables, probablemente porque no sean experimentadas a través de la razón.

Abel Vera Hidalgo dijo...

Gracias Ana por tu comentario
Yo opino que podemos desarrollar nuestra parte creativa en nuestro día a día, en algo bien terrenal y mundano,
desde la mirada zen, exploramos cuestiones de nuestros propios paradigmas x ver como ampliarlos, cambiarlos, seguir aprendiendo.
Tenemos creo, una gran posibilidad de trabajo desde lo emocional, lo sensible en la comunicación
Te recomiendo libros de Tom Peters en general x el tema de creatividad
y x mirar el asunto Zen desde Occidente, una buena aproximación es Csikszentmihalyi Mihaly (Chisenmijali así se pronunicia) (1996)Fluir (Flow). Una psicología de la felicidad. Kairós