jueves, 28 de mayo de 2009

Enredados: Comunicación y Complejidad


Para el que mira sin ver, la Tierra es tierra nomás
Atahualpa Yupanqui


“Hay que romper la barrera entre el yo y el tu, entre lo pasado y lo futuro, entre el observador y lo observado, porque todo ocurre ahora mismo y en todos. Armonizar diferencias es hacer de todas las mentes una, y esto mejoraría a la humanidad, salvaría al mundo, es decir sería la verdadera revolución”

Facundo Cabral


Para explorar esta cuestión de la complejidad, y la ciencias de la comunicación desde la perspectiva constructivista leemos el texto de Edgar Morin: la Noción de Sujeto. Allí el autor señala que el nuevo paradigma implica que el sujeto y el objeto son partes inseparables de la relación autocreadora del sistema, en una mirada que contempla fenómenos integrados en el énfasis de las emergencias e interacciones y no en las sustancias.

Para esta entrada voy a hacer pie en el post de mi colega Raul Pacheco donde menciona un tipo particular de bacterias muy interesante: las vibrio fisheri y el fenómeno del quórum sensing la nota original es "Bacterias, comunicación y conocimiento"y ustedes pueden leerla completa acáhttp://rpacheco.blogspot.com/

Reproduzco a continuación párrafos textuales del texto porque ilustra muy bien el fenómeno de la comunicación compleja y la auto-eco-organización:

“Las bacterias en su evolución desarrollaron una diversidad de tecnologías a escala microscópica que han resultado piedras angulares de todos los organismos vivos. Las bacterias inventaron entre otras, la fotosíntesis, la ingeniería genética, la fijación del nitrógeno, la primera forma de hacer luz -bioluminiscencia- y la primera red de comunicaciones a escala planetaria. Nuestras células proceden de la simbiosis de bacterias.
Uno de los descubrimientos más insólitos es saber que los humanos no somos los creadores de la primera internet del mundo. Las comunidades bacterianas como una red de intercambio genético a escala planetaria ha persistido durante miles de millones de años. Las bacterias crearon la primera red de comunicación que interconectó la biota entera, una red que ha persistido hasta nuestros días. Ingentes flujos de información genética circulan a lo largo y ancho de este ciberespacio microcósmico, donde las bacterias intercambian genes con el mismo frenesí con que nosotros compartimos música por internet. No se trata de una simple analogía con nuestras redes informáticas, estamos hablando de redes de comunicaciones reales que permiten que un nuevo gen que confiere una ventaja evolutiva a una bacteria, puede ser transmitido a otras que están en las antípodas del planeta.”
.Estas bacterias que se alojan al interior de los calamares, tienen la capacidad de producir una “luz fría” la cual ilumina literalmente su entorno. Lo interesante es que aunque cada una de ellas tiene la capacidad de “iluminarse”, no lo hacen solas; necesitan de cierto número o masa crítica de sus compañeras para que entonces decidan encenderse. El proceso por medio del cual se “reconocen” y “saben” si están en número suficiente para iluminarse se llama el “quórum sensing”, que consiste en un proceso de “comunicación” química, donde “Cada bacteria luminiscente emite una pequeña cantidad de una sustancia química denominada AHL y al mismo tiempo tiene la capacidad de detectar la que han emitido sus bacterias compañeras, de forma que se comunican a través de la AHL. Si detectan que hay mucha densidad de esta sustancia en su medio ambiente, interpretan que son una gran población de bacterias y entonces se iluminan”. Operan forma de “red descentralizada y cooperativa”, mediante la cual se da una relación equitativa entre los individuos, ya que es imprescindible que cada uno de ellos aporte información para poder tomar una decisión colectiva.
Más allá de la metáfora que es poderosa en sí misma, no puedo dejar de ver que en la esencia de la biología y de la vida, están grabadas las claves que nos pueden orientar en la creación de nuevas comunidades y redes cooperativas de personas que compartimos un propósito (¿evolucionar?… ¿iluminarnos?).

El ejemplo es de peso: y Raúl remata en su texto:

“…La vibrio fisheri y el proceso del quorom sensing nos aportan interesantes hallazgos:

El “conocimiento emergente”, que consiste en una información que ninguna bacteria posee individualmente y que “emerge” del colectivo,

La “autonomía en la comunicación”, dado que tanto la emisión como la recepción de la AHL es controlada por las propias bacterias, sin controles de mando centralizados ni dependencias en la interpretación del mensaje, ni ejecución ciega del mensaje. Las bacterias reaccionan a la percepción de la densidad global de la sustancia química que -ellas mismas están segregando-, en interacción con su medio ambiente… ejem ."

Luego de compartir esta lectura y mientras vemos de nuevo el video de una publicidad que mostraron unos colegas en una clase sobre Bateson :)

Va de nuevo la pregunta!: ¿Cómo somos? ¿Cómo nos comunicamos? Desde esta mirada constructivista como es esto de “ser con el otro”? ¿Podemos seguir usando las mismas ideas de la ciencia clásica con sus principios de disyunción, de separación, de reducción para entender este mundo complejo?

domingo, 17 de mayo de 2009

Bateson:Miradas nuevas para realidades distintas


Estamos pereciendo por falta de asombro, no por falta de cosas asombrosas
Chesterton.

Bateson, el gran pensador de la comunicación, fue uno de los precursores en desarrollar los modelos cibernéticos y sistémicos en las ciencias sociales.
El es uno de los artífices del cambio de la imagen del hombre en la Psicología y en las Ciencias de la Comunicación, transición de una concepción monádica, intrapsíquica, cartesiana y hacia una perspectiva ecosistémica: modelos de la relación mente-contexto.
Nosotros lo trabajamos en la Unidad de Constructivismo: y decimos que uno de los ejes de esta corriente de pensamiento es el desplazamiento epistemológico de una ciencia que estudiaba las propiedades del mundo observado (racionalismo- representacionalismo- objetivismo) hacia otra que estudia las propiedades del observador de ese mundo. (Constructivismo- Cibernética- Sistémica)
¿Cómo mirás tu realidad? ¿Cómo observas tu mundo?
¿Qué nos da nuestra forma particular de ser?
Los que nos hace la persona que somos son las distinciones con las que observamos nuestro mundo.
¿A qué llamamos distinciones?
Distinguir quiere decir diferenciar lo que observás.
¿Cómo aprendimos a distinguir, las personas, los objetos y las situaciones?
A través del lenguaje, por eso cada vez que decimos algo le mostramos al mundo nuestra forma de ser.
El meollo de esto es que la forma en como vemos las cosas, es solo la forma en como vemos las cosas, ¿Suena obvio verdad?
Lo que pasa es que en nuestro día a día esto lo vivimos como algo (mucho) menos obvio.
Frecuentemente creemos que las forma en como vemos las cosas corresponden a las cosas como son.
Por eso hay una relación entre el tipo de observadores que somos, las acciones que emprendemos y los resultados que logramos.
Miramos el mundo y raramente nos detenemos a observar a la persona que estamos siendo, eso nos induce a quejarnos a o echarle la culpa a la gente de los que nos pasa, sin poder reconocer que son nuestras actitudes lo que genera la respuesta de la personas con las cuales nos vinculamos.
Desde esta perspectiva la pregunta por el tipo de observador que somos pasa a ocupar un lugar central para entender como somos, como interpretamos nuestro mundo y como nos relacionamos con los demás.
Después de mirar este clip los invito a responder esta pregunta: ¿Qué acciones tenés disponibles para ir hacia los objetivos que te marcaste? ¿Qué te decís a vos mísmo/a cuando te parás frente a tus desafíos cotidianos?


sábado, 2 de mayo de 2009

Las marcas del decir: el deseo y la comunicación


“Dentro de nosotros existe algo que no tiene nombre y eso es lo que realmente somos”

José Saramago, Ensayos sobre la ceguera



“Dios está en los detalles”

A.Warbug






Los furcios o errores verbales involuntarios que muchos cometemos, tienen algún significado, la psicología de lo inconsciente dice que en realidad no son errores sino que son razones inconscientes reveledas con sinceridad, son “ventanas hacia el patio de nuestra mente” que de forma consciente nunca expresaríamos.
Un lapsus tiene siempre algo de inquietante, interrumpe la monotonía de un discurso, o la información que se pretendía transmitir mostrando algo nuevo que no estaba en “los papeles”: es una respuesta que nos fuerza a hacernos preguntas. En el verdadero lapsus una palabra en lugar de otra no es un «juego de palabras», es una formulación paradójica que nos interroga , nos convierte en emisores cuestionados.¿Qué es lo incómodo en el lapsus?: en principio es algo producido por alguien que no puede reconocerse como su autor, pero lo definitivo es que introduce una sospecha en el uso comunicativo del lenguaje: el lapsus indica que en el dispositivo racional del discurso anida algo que le es extraño: El sujeto del deseo, se filtra, se cuela y un goce –late ahí- ignorado. El psicoanálisis asegura que en realidad el lapsus linguae, los chistes y anécdotas que uno puede tener cuando habla muchas veces consisten en el afloramiento de lo reprimido, es más, que es el superyó el que ha mantenido en el inconsciente el deseo o la mentira reprimida, y que en situaciones de especial tensión, estrés y cuando bajan “nuestras defensas” producen el lapsus o el fallido como una liberación.

¿Dónde termina lo intencional y empieza “ el se me escapó” o “lo dije sin querer”? Quizás un lapsus o un chiste exprese mejor lo que queremos decir que lo que nosotros creemos ...sin contar que a veces el lenguaje nos hace decir lo que no queremos decir, porque uno habla y es hablado –aprisionado- por una red de textos previos, de intenciones ajenas adheridas a las palabras propias.
Lacan entiende por sujeto del enunciado lo que está dicho, como algo ya fabricado, ya producido, en cambio el sujeto de la enunciación estaría relacionado con la idea de la producción y no de lo producido, él va a señalar que en ese proceso incosciente sabemos lo que decimos pero no sabemos “como lo decimos” En ese sentido “somos hablados por el lenguaje”
Por eso dirá que el “yo” es como una cebolla:
pura cáscara, no tiene hueso, cáscara armada de muchas identificaciones y prejuicios, de imágenes perdidas en el laberinto del deseo, pero nosotros nos creemos autosuficientes, creemos tener una identidad congruente, y además nos presentamos como siendo propietarios de nuestros pensamientos.

Este fenómeno aparece ilustrado en los clips publicitarios que les comparto, después de verlos, los invito a reflexionar sobre estas preguntas:
¿Desde esta mirada psiconanalítica como podemos entrenarnos para ser eficaces analistas de la comunicación?
¿Para qué nos puede servir estar atentos y comportarnos como cazadores/as de indicios en el lenguaje?