“No tengo dinero ni recursos, ni esperanzas, Soy el hombre más feliz del mundo
Hace un año, hace seis meses, creía que era un artista.
Ya no lo pienso, lo soy”
Henry Miller- Trópico de cancer
La tentación de leer este texto de un tirón es muy grande, así es como habitualmente funciona la comunicación emocional.
Un título que tiene las palabras: Descubrí- Código- secreto- infalible y sueños es sencillamente irresistible.
Porque es corto y tiene punch, facilita su lectura en tu smartphone, ideal también para trayectos de bondis, subtes, trenes o naves espaciales.
También porque mucha gente lo va a leer y vos les vas a decir… “ah sí ya lo leí hace un mes en el blog de la facu”
¿Pero qué es la mente inconsciente? ¿Cómo puedo usarla como una usina de recursos?
¿Sabe ella lo que es bueno para nosotros? ¿Es una fuente de sabiduría interior? ¿Podemos sintonizar con ella para colaborar con nuestro desarrollo?
Inconsciente es todo aquello que no está en nuestra conciencia en un momento determinado, incluye contenidos, procesos, estrategias o mecanismos.
Tal como lo planteó Freud el inconciente se expresa a través de las fantasías, los sueños, los símbolos, los síntomas.
Si queremos comunicarnos con el inconsciente tenemos que hablarle en el mismo idioma: el del cuerpo, el de las imágenes, el de los cuentos, las metáforas y las analogías.
Lo conciente y lo inconsciente son dos aspectos de la misma totalidad que somos. Son opuestos que no son enemigos, como la cara iluminada y la cara oscura de la luna. Uno es grande y desconocido. El otro es chico, conocido y muy soberbio y si se pelean entre ellos,el grande tiene las de ganar…Si se amigan ganan los dos, como el día y la noche somos los dos…
Y eso me recuerda un diálogo de aterradora profundidad:
Aprendiz: Maestro…
Maestro: ¿Sí?
Maestro: ¡No sigas! ya estás equivocado.
Si no quieren saber más sobre este tema no se les ocurra leer el libro de Julia Cameron: El Camino del Artista de Editorial Troquel porque andan diciendo que ahí se te muestran técnicas para diseñar recursos inconscientes para el logro de objetivos…
Mientras miramos este corto argentino los invito a reflexionar sobre otro diálogo con un vuelo profundo…
Aprendiz: Maestro…
Maestro: ¿Sí?
Aprendiz: Yo…
Maestro: ¡No sigas! ya lo lograste.