jueves, 11 de abril de 2013

Aprendo luego existo


 
Tenés que aprender a tocar tu instrumento,
Luego practicá, practicá, practicá.Y finalmente cuando estés arriba del escenario,
Olvidate de todo eso y dejalo gemir

Charlie Parker



Cuando leemos los textos del Budismo Zen exploramos como espejo algunas ideas sobre nuestra subjetividad.
¿Y que tiene que ver el aprendizaje con nuestra noción de sujeto? ¿Con la interpretación de la naturaleza humana?
En los textos budistas encontramos referencias a ciertas prácticas, artes marciales, caligrafía, ikebana, tiro con arco en ellas siempre aparece como constante el aprendizaje desde la acción.
¿Es porque somos de una determinada manera que hacemos lo que hacemos o nuestra acción define nuestro ser y nuestras posibilidades?
¿El pájaro canta porque es feliz o es feliz porque canta?
Nuestra cultura occidental a la sombra de Descartes señala que “ser” para “hacer”
Que la impronta del hombre es en esencia racional.
¿Cómo vernos como seres abiertos a una construcción y rediseño permanente cuando nos inculcaron que nuestra identidad es algo monolítico fijo y estable?
¿Cuál es la relación entre mente y materia? Descartes creía que el ámbito mental de los pensamientos y el ámbito material de las sillas y las piedras eran dos campos paralelos pero distintos de realidad.
Estamos educados para ser pensadores lógicos y analíticos y tenemos dificultad para abrazar la ambigüedad, el devenir y la incertidumbre de la vida.
Llamamos aprendizaje a toda modificación de nuestras acciones que lleven a una mejora de nuestros resultados.
Cuando estamos en condiciones de actuar de manera recurrente en forma más efectiva, decimos que aprendimos, lo cual transforma nuestra modalidad de ser.
La corporalización del aprendizaje se logra a través de la práctica.
Al expandir nuestra capacidad de acción nos estamos transformando permanentemente
En tiempo de cambios rápidos dejar de aprender y renovarnos es como clavar los frenos en la mitad de una autopista: Automáticamente nos quedamos atrás, la gente se pone nerviosa con nosotros, todos empiezan a esquivarnos y cada dos por tres chocamos con la vida que nunca se detiene.
Generar nuevas competencias, plasticidad para absorber los cambios, ser creativo,
¿Para vos qué otras  ideas o conductas nos permiten conectarnos con la posibilidad de aprender a aprender?¿Hay algo que estás resistiéndote a aprender y te permitiría moverte mejor en este mundo cambiante?











31 comentarios:

Mercedes dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Mercedes dijo...

A la hora de emprender nuevos desafíos tomamos distintos caminos y actitudes. No todos somos capaces de adoptar esa práctica del Zen. A veces los cambios producen miedos que nos paralizan, son desafíos que pueden salir bien o no, y atreverse a incorporarlos no es sencillo.
Concentrarse y dejarse llevar, dejando que el alma se exprese a través de nuestro cuerpo, es un proceso de aprendizaje. Como dice la cita de Parker “Tenes que aprender a tocar tu instrumento, luego practica, practica, practica. Y finalmente cuando estés arriba del escenario, olvídate de todo eso y déjalo gemir”.
Cada uno de nosotros aprende con las herramientas que tenemos, las que fuimos adquiriendo en el camino de la vida, las que nos han dado las personas que nos ayudan y acompañan en el proceso de aprendizaje, para ser mejore personas.
Yo creo que nuestra acción define nuestro Ser y nuestras posibilidades. Somos seres racionales pero muy ligados a lo sentimental, por lo menos en mi caso particular. Muchas veces dejo la razón de lado y solo me guio por lo que siento…no siempre salgo intacta de esas elecciones y me cuestiono mi accionar y sostengo que aprendí de esa situación, que no se va a volver a repetir pero a la hora de elegir como actuar ante un nuevo desafío, vuelvo a tomar el mismo camino muchas veces.
Me gusto la frase del posteo que dice: la corporalización del aprendizaje se logra a través de la práctica, y que al expandir nuestra capacidad de acción nos estamos transformando permanentemente.
La vida está en constante movimiento, y debemos aprender a sortear los desafíos que nos depara. Desde las pequeñas cosas como aprender a manejar o hablar un idioma nuevo, hasta algo más profundo como aprender a perdonar, a confiar tanto en otros como en un mismo.
Todas estas cuestiones las abordamos día a día y la incertidumbre es parte también de ellas. Depende de cada uno la elección de su camino y el modo que afrontar los desafíos que se presentan. Somos lo que hacemos y la manera en que lo hacemos. Seres racionales y pasionales.
(Comisión 01)

Delfina Rinaldi (comisión 1) dijo...

Creo que somos seres emocionales que aprendimos a pensar. Estanislao sostiene que tenemos 3 cerebros dentro de nuestro cerebro: el cerebro reptiliano (instinto) que es el más antiguo, posteriormente aparecería el límbico (emoción) y, mucho mas moderno dería el neocortex (razón). Estas tres formaciones trabajan sistemáticamente y constituyen el cerebro humano.

En otro blog (http://www.healthmanaging.com/blog/los-tres-cerebros-reptiliano-limbico-y-neocortex/), leí que al reptiliano y al límbico, se los agrupa bajo el término de “CEREBRO EMOCIONAL INCONSCIENTE”. Es decir, que emoción e instinto actúan de manera inconsciente. Es la razón la que controla de manera consciente esas emociones. Por ende, somos seres emocionales que aprendemos a pensar: aprendemos a controlar esas emociones. No sólo las controlamos sino que creo también, que las inhibimos. Como dice Estanislao: “sobrevaloramos la razón”. Es por ello que nos cuesta tanto-como occidentales-tener una experiencia zen; porque racionalizamos todo.

Creo que deberíamos aprender a equilibrar Razón y Emoción; no sobreestimular una e inhibir la otra

Hay una frase de Holderin que leí el año pasado en algún apunte de PCPC , rescribí en un cuaderno mío y quiero compartir porque me parece que cierra lo que quiero decir:
-“Lo que hago es tan desmarañado y tan disparatado lo que escribo, porque muchas veces como el ganso, tengo muy bien plantados los pies en el cenegal de la modernidad, y no puedo volar hacia el cielo del helenismo”

Noelia Acosta (comisión 1) dijo...

Nose si se trate de algo que me esté resistiendo a aprender, pero si tal vez se trate de algo que me falta. Y eso es paciencia, paciencia para obtener los resultados que estoy buscando. La carencia de ella me hace abandonar proyectos fácilmente. Un ejemplo que se repite y es muy habitual en mí, es el de aprender a tocar la guitarra, empiezo, practico un par de minutos y me frustro cuando veo que no me sale lo que pretendía. La constancia para practicar una y otra vez, de ser persistentes en lo que uno busca y quiere es lo que nos falta, a algunos, para aprender e ir en busca de aquello que queremos lograr. La vorágine de todos los días nos hace querer tener resultados inmediatos y eficientes.
En clase se habló de “automatización – repetición” de las acciones para lograr una buena interiorización de los conocimientos. Sin embargo, me pregunto, si ¿es la automatización el camino correcto para hablar de la interiorización de saberes? Esto me lleva a pensar en dos cosas: una vinculada con el estudio “de memoria”, es decir, repetimos los conceptos una y otra vez hasta que finalmente lo sabemos bien, sin embargo no estamos aprendiendo sino que, estamos reteniendo información para un fin determinado, por lo tanto, no logramos la interiorización que pretendemos bajo este método de repetición. También me lleva a pensar en ciertas conductas, acciones que llevamos a cabo “sin pensar” como ser: parpadear, respirar. No estamos concentrados en hacerlo y sin embargo, lo hacemos.
Para cerrar me gustaría mencionar una frase de la película de Batman Inicia, que ilustra un poco lo que venía diciendo. La parte que quiero mencionar es cuando Bruce Wayne viaja a oriente para entrenar y Ra's Al Ghul le dice: “El entrenamiento no es nada. La voluntad lo es todo”

Unknown dijo...

Como punto de partida, el zen busca la experiencia de la sabiduría más allá del discurso racional,y por lo que justamente como ya hemos hablado, con nuestras tradiciones en Descartes, esta práctica oriental, en el occidente se pone a prueba constantemente. Podríamos preguntarnos si la meditación consiste en hacer o en NO HACER, no lo sabemos, pero sí sabemos que consiste en una reflexión y ahí entra en cuestión, para reflexionar necesitamos usar la razón?
En la meditación se pone en juego el cuerpo, la respiración y la mente, se encuentran uno mismo con lo desconocido, todo tiene que ser desconocido, por eso ahí es donde se interpone nuestro aprendizaje, cuando tenemos que pensar en algo desconocido, cuando lo conocemos y sabemos como reaccionar ante él. Por ejemplo en la clase anterior la profesora nos dio una uva, nos hizo sentirla conocerla, olerla y luego saborearla lentamente,con los ojos cerrados obviamente. De otra manera si nos hubiéramos encontrado con esa uva de otra manera no lo hubiéramos pensado tanto ni hubiéramos tratado de conocerla, porque ya sabemos que es y lógicamente sin tocarla ni olerla directamente nos la comeríamos. porque ya aprendimos cual es la reacción ante esa uva.
Personalmente leo a Osho,y voy a cerrar con una frase de él. "en cualquier problema creado por nuestra mente, es ella misma la que interfiere, y todos nuestros problemas son creados por ella." Para él nuestro verdadero ser esta en el silencio.


Lucía Torres(comisión 01)

Unknown dijo...

"Resistirnos" a aprender me parece demasiado "duro". No es que me resista a aprender. Mientras leía el apunte en el que el autor se sometía al proceso de lanzar la flecha, de sentir la flecha, pensaba que yo, en la misma situación, hubiera abandonado a los tres días ya que perdí la paciencia y me puso nerviosa el no entender "a qué voy".
Yo creo que en la cultura occidental, el concepto de aprender es diferente al concepto oriental. Según los textos, yo llegué a notar que la cultura zen tiene mucho más relación con el objeto, mientras que nosotros lo tomamos como objeto y nada más.
Personalmente, creo que todos los días estamos aprendiendo. Pero nuestro concepto de aprender es distinto al del zen, por eso si se lo piensa desde el punto de vista oriental, podría llegarnos a parecer que en realidad nos resistimos a aprender y no aprendemos nada.
Respecto a "¿Es porque somos de una determinada manera que hacemos lo que hacemos o nuestra acción define nuestro ser y nuestras posibilidades?", creo que en gran parte es importante lo que somos en cuanto a realizar cosas, pero también el peso que tienen las acciones que realizamos definen mucho nuestro ser. No por nada cuando alguien hacer algo que está moralmente calificado como "mal" se lo califica como "mala persona".
Admito que me cuesta bastante adaptarme a la filosofía zen, la paciencia se me va a la cuarta línea que leí sin llegar a nada jajaja.
(Comisión 01)

Unknown dijo...

Yamila Di Filippo (Comisión 01)

Considero que aprender es interiorizar una conducta y manifestarla a través de la práctica. Sin embargo, no quiero caer en el paradigma cartesiano en cual la cultura occidental está sumergida.

Aprender también es, al menos para mí, poder mirar las cosas y siempre encontrarle un sentido diferente, en base a experiencias vividas, a lo que sentimos, a lo que nos pasa.

Una vez una profesora de taller de expresión nos pidió que hagamos una crónica etnográfica y para poder hacerla, era necesario maravillarnos y analizar cada suceso que pasaba frente a nuestros ojos, tomar distancia e insertarnos en escenarios comunes como un otro; desde ese momento “aprendí” a ver las cosas de otro modo, a poder maravillarme con cada hecho; y por eso mismo creo que los sentidos son otra herramienta para aprender a aprender. Aprender a través de ellos y por medio de la experiencia que es muy diferente a la práctica.

Entonces, aprendo sin poder separar lo racional de lo sentimental, y me hallo fuera de los parámetros de Descartes; después descubro que no puedo lograr la unidad absoluta del interior y del exterior, por lo que quedo descartada de la filosofía Zen; y, ahora, pienso que aprendo como puedo, sin un método bien definido, armada un poco de repetición de información considerada útil, armada otro poco de experiencias sentidas. Pero entonces ¿veo las cosas según mi aprendizaje? No lo creo, como dice Saramago: “el paisaje es un estado del alma”.

Ana Fornaresio dijo...

Que maravilloso es leer esos interrogantes y que a la primera lectura parezcan de fácil respuesta, pero después te encuentres mirando la pantalla sin tener muy claro como responder.
En primer lugar, una de las cosas que me parece que más resalta la hora de pensar en estas cuestiones es algo que mencionamos en clase en relacion a la diferencia que existe entre la cultura oriental y la cultura occidental, particularmente a las consideraciones que en cada una existe acerca de la "repeticion" de una tarea. Un compañero mencionó que tal vez para nuestra cultura es dificil de comprender el verdadero fin (si es que lo hay), o mejor dicho, entender el por que de la repeticion de la actividad, porque en nuestra concepcion, eso es lisa y llanamente incorporar la tarea de forma automatizada. Acuerdo con mi compañero en cuanto a la dificultad que se nos genera al tratar de entenderlo, pero al mismo tiempo creo que en el texto queda plasmado que el fin no es inteorizar la tarea por la simple automatizacion, sino que solo con esa repeticion se logra encontrar el "clima" ideal para que se produzca la revelacion.
Es una de las cosas en las que más me quede pensando, sin llegar a mejores conclusiones. Simplemente intenté comparar con actividades y acciones que hacemos a diario en las que solo con la repeticion podemos mejorar. Y como escribió una de las compañeras, se puede poner como ejemplo el caso extremo de la respiracion, o el parpadeo.. Yo agrego el caminar, o incluso el correr, siendo esta ultima una actividad en las que cuesta mas abstraerse de la actividad para dejar volar la mente, y tal vez sea un punto medio entre algo tan automatico como parpadear o caminar, y practicar tiro al blanco con arco y flecha.
En segundo lugar queria descatar la presentacion de nuestros compañeros. Me gustó mucho y no solo me pareció muy adecuado el video que eligieron, junto con la presentacion con destellos teatrales que hicieron, sino qu me encantó la incorporación de otro de los sentidos: el olfato. Fue muy lindo y raro al mismo tiempo experimentar sentir esos aromas desconocidos para el ámbito que es la facultad. Felicitaciones. Les agradezco por la experiencia!
Con respecto a la uva, si bien entendí, o creo haber entendido, la relacion con el aqui y ahora, todavia no pude comprender (no me pude "iluminar") la relacion con las experiencias que leímos en los textos, en relacion a la repeticion, etc.
Ana Fornaresio. comision 1 (martes 11 a 13 hs)

Magali Percia - Comisión 1 dijo...

Me gusto mucho el cuento que contó hoy en la clase Abel, se los envie a mis compañeras de equipo con el mensaje de que cada vez que estemos en un partido tenemos que estar 100% conectadas con el momento, no pensar en otras cosas y de esa manera vamos a conseguir mejores resultados.

Les dejo el cuento a continuación:

Habia una vez un rey que lo tenia todo, dinero, un palacio enorme, doncellas, de todo pero veia al jardinero y no lograba tener su sonrisa, era lo unico que le faltaba.
El rey lo hace llamar al jardinero y le dice que a partir de mañana quiere que le enseñe a sonreir.
Al día siguiente, va el rey hacia el jardín y de brazos cruzados le pregunta: Cuál es tu secreto?
... El jardinero responde, cuando estoy caminando, estoy caminando, cuando estoy cocinando, estoy cocinando y cuando invito gente a mi casa, estoy invitando gente a casa. La clave es hacer todo al 100%, conectarse con lo que uno hace en ese momento y no pensar en otra cosa.

Bahia Luna dijo...
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Bahía Luna dijo...

El camino que no propone el budismo Zen creo que está estrechamente vinculado a la cuestión del aprendizaje y cómo adoptamos estas prácticas para transformar el ser. El crecimiento de dicho ser supongo que se forjará cuánto más abierto se esté a seguir aprendiendo y formándose y que estas actividades se den de manera continua y permanente.
Me quedo con el seudo-problema que plantea el punto de vista Zen, en esa dicotomía que existe entre el interior y exterior. Allí el budismo Zen afirma que para un ser iluminado ambas categorías no pueden analizarse como compartimentos estancos y que por ende no se pueden distinguir uno del otro. El interior no se encuentra de ninguna manera en oposición a el exterior. Es por esto que me atrevo a decir que para entrenar el aprendizaje de manera sistemática no se puede estar exento del mundo que nos rodea. Estar abierto a observar y aprender de ese mundo, cuestionarlo, problematizarlo y pensarlo críticamente es una posible práctica de aprendizaje.
Bahía. Comisión 05

Noelia Lucchese (comisión 1) dijo...

Acostumbrados al método de aprendizaje del cartecianismo racionalista nos olvidamos de lo que es aprender realmente. Aprendemos todo de memoria como si fueramos robots y nos olvidamos de alimentar el alma, de conectarnos con el aqui-ahora que es lo unico seguro. El pasado se fue, el futuro es incierto, entonces, ¿Por qué no alimentar el presente? Pensamos en lo que podríamos haber hecho mientras que no se puede cambiar, pensamos en lo que vamos a hacer y al final.. !no hacemos nada! Aprender, a prueba y error, y.. ¿Para qué el error? No hay aprendizaje sin error y no hay error que no sea fructifero. Aprender, construir quienes somos, nuestra identidad, desprendiéndonos de lo material y abrazando lo realmente importante para nosotros, porque no somos lo que tenemos sino lo que construimos día a día para ser mejores.

Antonella Fabiani dijo...

Como hablamos en clase, nuestra sociedad, la occidental, esta regida por norma por la racionalización. Hay que "ser" para "hacer", como dice Descarte: si dejo de pensar dejo de existir : "¿qué soy entonces? una cosa que piensa. Y ¿qué es una cosa que piensa? es una cosa que duda, que entiende, que afirma, que niega, que quiere, que no quiere, que imagina tambien y que siente." En su camino hacia la verdad, Descarte duda, duda de aquellas cosas que no comprende del todo.
En contrapartida, el pensamiento Zen busca siempre un maestro que le enseñe, y este no le va a responder sus dudas, sus intrigas. Mas bien es un guía espiritual: " la correspondencia entre el interior y el exterior(...)puede ser claramente observado bajo una forma muy rapida y concentrada en la experiencia que consiste en "vivir" un cierto instante decisivo durante el cual se realiza una breve comunión entre el interior y el exterior. Una mínima rotura se produce en un nivel espiritual específico y la iluminación se encuentra allí, plenamente actualizada". Dura un instante, y es armoniosa. Toda genuina creación es posible únicamente en un estado de auténtico desprendicmiento de sí mismo.

El texto: "El zen en el arte del tiro en blanco" se ejemplifica estos dos encuentros entre el pensamiento occidental y el zen. Cito una frase del texto: el maestro le dice al discípulo occidental "Ya ve usted a qué llegamos si somos incapaces de permanecer, libres de intención, en el estado de mñaxima tensión. Usted ni siquiera puede permanecer en el aprendizaje sin preguntarse una y otra vez: ¿lo conseguiré? "
A su vez, para llegar a ese iluminismo, la filosofía Zen sostiene la realización de acitvidades que me permitan exteriorizar mi interior y visceversa, unirme con el objeto, ser uno solo. Yo creo que en nuestra sociedad, o al menos la mayoría de las personas, realizamos actividades para canalizar y desprendernos de los sucesos que nos rodean, que nos hagan sentir bien. Tenemos pasiones, pero pocas veces nos dedicamos plenamente a ellas, sino mas bien que realizamos aquellas actividades que nos apasionan como un cable a tierra. No buscamos el iluminismo, no somos un objeto solo, y si sucede, es por dedicación y práctica, mas no por una filosofía de vida.
Comisión 05

Victoria Agesilao - Grupo Pampers - Comisión 01 dijo...

"¿Hay algo que estás resistiéndote a aprender y te permitiría moverte mejor en este mundo cambiante?"

Buscando siempre una "mejora de nuestros resultados", muchas veces condicionamos nuestras elecciones al elegir el "deber/tengo que" frente al "quiero/me gustaría". Por ejemplo, elegimos realizar cursos o capacitaciones enfocados a un desarrollo profesional, que sume al CV, frente a otro tipo de aprendizaje que aparentemente no aportan un "conocimiento práctico".

Ante la pregunta "¿y eso para qué sirve?", buscamos justificaciones racionales para una mirada puesta en el progreso lineal.

La práctica Zen, por su parte, plantea actividades (arreglo floral, arco y flecha, escritura o rutinas cotidianas como barrer) que permiten exteriorizar el ser y borrar los lineamientos que dividen al Yo del Mundo. Actividades de paz mental, relajación espiritual. No se trata de sumar experiencias en una recta progresiva, sino de ser uno con la naturaleza, "ni más ni menos". Un salto cuali y no cuanti.

Frente a la vorágine del "progreso personal", el Zen nos plantea una pausa en el tiempo, en el apuro, en las obligaciones, en lo cotidiano.. para reconocernos (y recordarnos) como parte de ese Algo superador a cada ego y a cada elemento, a ese Algo siempre vinculado con la naturaleza y con la vida.

Alejandro, Electric Wizard dijo...

(Comisión 5, viernes de 19 a 21hs.)
Leí, no recuerdo muy bien donde, un historia relacionada con el budismo Zen. Era la historia de un hombre que se encontraba con un maestro y le pedía que lo tome como discipulo. El maestro, halagado, le ofreció una tasa de té. Al servirla no se detuvo al llenar la tasa y la infusión comenzó a rebalsar y a mojar la mesa. El hombre le preguntó al maestro que le ocurría y este le respondió que no podía tomarlo como discipulo si él solo quería aprender. Al estar su mente llena de conocimientos no podría aprender cosas nuevas.
Muchas veces veo que hablamos, opinamos, discutimos, o simplemente interactuamos, desde las respuestas automáticas que tenemos aprendidas en lugar de "apagar" nuestra batería de conocimientos y ver, analizar, desde el momento, desde cero. Ciertamente es muy difícil "olvidar" todo lo que sabemos, por lo menos, creo que comenzar a ser consientes de esas respuestas automáticas es un buen primer paso.

Alejandro Emmerich

Cecilia-Comisión 5 dijo...

¨La estupidez viene de tener una respuesta para todo. La sabiduría viene de tener una pregunta para todo¨. Leí esta frase hace unos días e inmediatamente me remitió a lo que estuvimos hablando sobre la filosofía Zen en la última clase. Me pregunto por qué existe tanto prejuicio en aceptar que como seres humanos no tenemos la obligación de tener una respuesta para todo? Por qué no nos permitimos equivocarnos más? Es simplemente miedo al cambio, a lo desconocido? La filosofía Zen propone un abordaje de nuestro propio ser y de la realidad que nos rodea muy interesante y a la vez muy diferente del previsto por nuestra cultura occidental, racional y analítica. Ahora lo que yo me pregunto es, si l vida está n constante movimiento por qué tenemos la necesidad de regirnos por un unico paradigma de conocimiento, aplicable a toda la realidad? A mi modo de ver hay determinadas cuestiones que son viables de ser abordadas, aprendidas a partir de la filosofía Zen, tan ligada a la interioridad, pero hay otras que requieren la rigurosidad que tiene un método científico como el que propone nuestra cultura occidental.

Grupo ¨Hay equipo¨

Unknown dijo...

La duda que se me presentaba cuando leía sobre la filosofía Zen y contraponiendo con la cultura occidental es si ese sujeto que se plantea en la primera, no está escindido de su contexto, de la sociedad que lo rodea. Si está despreocupado de lo exterior, mas alla de la naturaleza ¿la racionalidad implica no conectarse con lo subjetivo? ¿Acaso la preocupación por los demás, por las injusticias, por la sociedad no implica de las dos partes? Digo, lo racional y lo subjetivo ligado a las emociones.

Unknown dijo...

Ah! comisión 5 de los viernes.

Florencia Squillari COMISIÓN 5 dijo...

Si bien es sabido que todo pensamiento y toda práctica tienen por base y fundamento un determinado recorte teórico, resulta de gran importancia el intento de correrse los propios paradigmas y zonas de confort a la hora de abordar un objeto de estudio. Esta práctica no solamente se vuelve indispensable a la pretendida objetividad del académico, sino que además -y antes que nada- constituye un valioso ejercicio en el momento de plantearse las cuestiones propias de la vida cotidiana y del sentido común.
Quien se llame comunicador, debería considerar para su carrera y para su vida personal hacer dialogar a diferentes formas de pensamiento, aún cuando éstas sean antagónicas en sus supuestos más básicos; podrá analizar cómo y porqué una sociedad logra apropiarse de algunos elementos culturales que le son ajenos y cómo algunos otros le pueden resultar impensables. ¿Encuentro o choque de culturas? Un ejemplo de esto puede ser la comparación del pensamiento oriental con su concepción integral del sujeto, frente al pensamiento occidental y su sujeto escindido. Se puede señalar p.ej. cómo las modas han traído en los últimos años “aires” del pensamiento Zen a la vida del ciudadano promedio del otro lado del mundo, por ejemplo a través de la difusión de los beneficios del cuidado del cuerpo y el espíritu por medio del yoga y otras disciplinas, de la valoración de la alimentación liviana, el auge el vegetarianismo, etc. transformando las concepciones establecidas hasta el momento del “bienestar” y “la felicidad”. Sin embargo, quien haya leído algún pasaje del libro del TAO o cualquier lectura similar probablemente se habrá sorprendiendo ante afirmaciones que llaman a “suprimir los deseos y las pasiones”, o bien el mandato de no discutir ni pretender cambiar la realidad: -“¿Cómo puedo no pretender conseguir el éxito, si en él radica la felicidad?” Es común escuchar a quienes consideran tales cánones como incompatibles incluso con la vida en democracia. Tan es así que la globalización lejos está de haber cumplido la promesa ideal de acercarnos a un 'profundo' conocimiento de las culturas más lejanas, sino que apenas ha demostrado que -incluso en las hibridaciones más variadas- se aprecia una enorme resistencia de las prácticas e ideas hegemónicas. Sin embargo, quien se precia de ser un comunicador de excelencia debería tener siempre presente pues que dichas prácticas no carecen de importancia, ya que –parafraseando a Marx podemos afirmar– son éstas quien a largo plazo determinarán la conciencia de la gente, y no su conciencia tomada como un a priori, la que determina a las primeras. ¿De que otra forma se van gestando sino, los cambios en las sociedades sino a través de la praxis?

Estefanía Enzenhofer - Comisión 5 dijo...

Es interesante tener al fin una materia donde estos temas se discutan. Somos todos tan racionales, analíticos y cool que se va dejando de lado ciertos pensamientos que son necesarios para la humanidad. No es un vicio de nuestra Casa de Estudios nada más, obvio. Es el paradigma en el cual vivimos, que MUY lentamente se va cuestionando. De todas maneras, a mí siempre me hizo mucho ruido el Zen, por ahí porque he estado muy en contacto con la filosofía de Alcohólicos Anónimos, que tiene un costado Zen. Te piden que te liberes de lo mundano y que te entregues a un poder superior, que hoy solo se trata de hoy y demás cosas que a mí modo de ver solo pueden servir parcialmente. Sí, hay que tratar de liberarse de la cárcel en la que nos mete el cerebro racional a veces, pero también hay que tener conciencia de vivimos en un mundo y en una sociedad donde la planificación es elemental. Más allá de esta digresión, hay que enseñar como lidiar con ansiedad, la incertidumbre y la impaciencia. No estoy convencida de que la mejor manera de hacer esto sea a través de una filosofía foránea totalmente desconectada con nuestra cosmovisión occidental. Ejemplos de traducción a nuestra sociedad puede ser, por ejemplo, El Arte de Vivir, con su rockstar Sri Sri Ravi Shankar.

Federico Giovetti (comisión 1) dijo...

Sí, hay varias cosas que nos resistimos a aprender. Quizás por falta de tiempo, porque elegimos aprender otras. En esta sociedad donde todo se rige por el pensamiento cartesiano, en donde la razón debe dominar el objeto, nunca nos detenemos a pensar estas cuestiones. Y precisamente creo que ese es el problema. No nos DETENEMOS. Me pasó en el texto "El arte del tiro con arco" de Zen que no pude comprender cómo el maestro quería que el discípulo tire. Porque el discípulo se preguntaba como cualquiera de nosotros nos preguntamos a cada momento con algunos de nuestros objetivos "lo conseguiré?" "cuándo lo voy a conseguir?". Y muchas veces no hay que preguntárselo. Si no que hay que detenerse, vivir el presente, esperar y ser paciente, porque el camino hacia la meta "es inconmensurable"

El Viaje. Un poco de todo por Cristóbal Salgado dijo...

Conclusiones sobre pensamiento ZEN:

- Una visión interior del mundo.

- Que no ocupa un lugar interior definido sustancialmente.

- Que hace sistema con realidades exteriores subordinadas

- Que se traduce en una percepción subjetiva de la realidad multiplicada por mil.

Complejización occidentalizada desde la perspectiva de la comunicación:

¿Cuál es el rol social del individuo?

¿Dónde o desde dónde encuentran su lugar de convergencia la experiencia colectiva con la visión particular de los sabios?

¿Cuál es el lugar social de los no iluminados?

¿Que tan espontánea es la resignificacion e interpretación de un fenómeno cuando el conocimiento deriva del adoctrinamiento inductivo por parte de una disciplina?

¿Se necesita realmente un maestro? ¿Se puede conocer sin recaer en la inducción a un estado mental particular?

(COMISIÓN 5. Tenedor Libre)

Opinión Particular:

Cada búsqueda de conocimiento, o si se quiere hablar desde el sentido común, cada camino de vida, implica, con o sin voluntad, una toma de posición. Es muy cierto que en el proceso de aprendizaje, la voluntad particular debiese operar como una página en blanco y asumir la contra picada para poder dejarse llevar y perfeccionar una técnica. Sin embargo, me parece que para evitar toda demagogia intelectualista en la construcción de una técnica, es mucho más importante poner en juego interacciones comunicativas, donde los aprendizajes, si bien en distintos niveles, son mutuos.

Todo lo anterior, lo expongo desde una perspectiva pedagógica, casi comunitaria. Ahora bien, si un resultadista me rebatiera desde lo ZEN podría señalar que mientras más interior e individual la búsqueda, más eficaz será el resultado. De igual manera tendría sentido. No me atrevería a no darle la razón.

Por eso rescato el tema de la toma de posición como central a la hora de estrategizar la vida. Metaforizando con el fútbol: Lo zen se acerca más a querer ganar uno a cero y a cuidar el resultado, mientras que lo occidental juega más del lado de los empates a 4, de dar vuelta resultados y de llegar tocando.


No hay existo sin aprendizaje.

Nicolás Traversi; Com 1 dijo...

Si algo me ha quedado muy grabado de estas clases es, entre otras ideas, la que refiere a que a veces la mejor respuesta es una buena pregunta. Ni siquiera se trata de que necesariamente estemos hablando de una pregunta retórica, es decir que tenga implícita la propia respuesta, sino que muchas veces una pregunta bien formulada puede permitir un abanico de pensamientos y posibles respuestas que son, en su conjunto potencial, "algo más" que una mera respuesta a secas.

Me refiero a que si descartamos que nuestra identidad sea algo monolítico, fijo y estable, es posible que una gran pregunta hable mejor de nosotros que una simple respuesta que nos defina linealmente: "¿El pájaro canta porque es feliz o es feliz porque canta?". Hacía mucho tiempo que no encontraba una pregunta tan sencilla y tan profunda a la vez. Siento en cierta forma que en ese cuestionamiento está la base de nuestra identidad y también, por supuesto, de nuestra capacidad para ser felices.

Tenemos que seguir aprendiendo a aprender, día a día, dejando de lado preconceptos que no nos ayudan para nada, hay que dejar de lado la mirada terca, racionalista de los asuntos de la vida y darse lugar a una mirada mas dinámica, mas inocente pero también más filosa e intensa.

LO QUE RESISTE, PERSISTE.

Anónimo dijo...

Por que nos obligan a participar en este blog con nombre y apellido? Eso de "escibir 2 preguntas" y publicarlas. A mi particularmente no me gusta que mi nombre aparezca en la WEB y menos haciendo "Opinología" de Panel de televisión.

No estoy para nada de acuerdo con que nos obliguen a participar en su blog. Sí concuerdo con la asistencia y participación en clase, pero no por medio del blog.

La Maga Romero dijo...

Hola, desde "Tenedor Libre" les acercamos el video de la publicidad que presentamos la clase que paso: http://cualeseltema.blogspot.com.ar/2013/04/Publicidad-de-Dove-Post-Alisado-Pidiendo-deseos.html


Para reflexionar:
- ¿Por qué pensas que tienen estos deseos?

- ¿Y vos qué deseas?

- ¿Y vos qué queres ser?

- ¿Qué estas haciendo ahora para llegar a eso?

- ¿Quién sos?

Palabras de Henry:

"No es la conciencia de los hombres la que determina su vida. Es la vida la que determina su conciencia..."

"Es la actividad de cada individuo la que motiva inmediatamente su manera de comprender al mundo y pensarse a si mismo..."

"La economía no es pues la vida, no retiene ninguna de sus propiedades vividas..."

"Los filósofos se han limitado a interpretar el mundo de diferentes maneras, de lo que se trata es de transformarlos..."

"Los caminos que seguimos estan trazados en nosotros..."

"Son los individuos sufriendo y actuando, los individuos vivos, lo que son la primera presuposición de toda historia de los hombres, y los que así determinan a priori, esta historia y toda sociedad posible..."

"Somos lo que hacemos..."


Saludos

La Maga Romero dijo...

Pd: soy de la com 1 .

La Maga Romero dijo...

Considero que es fundamental adquirir un pensamiento autónomo que se construye y se re construye a partir de la teoría y de la acción. Este pensamiento, no es estático y no viene dado, sino que se va transformando en la medida que los sujetos se van reconfigurando.

“ Cuando hagas algo, conviértete en lo que estás haciendo. Nunca dejes de observar tu propio interior; en especial, en momentos de grandes decisiones; sé honesta contigo misma, no te compliques intentando comprenderlo todo, hay cosas que se explican solas, en algún momento, vivencialmente.” (Cartas que escribió Chamalú a su hija )


"La abuela indígena me enseño que cada día es una montaña para subir sin prisa ni pausa, atenta a todo lo que ocurre, mas conservando la paz y serenidad que garantizan mi lucidez; entonces sabré lo que preciso hacer en cada momento y la manera adecuada. Si corro, me canso demasiado porque estoy violentando mi ritmo; si me muevo en él soy incansable, porque el descanso está incluido en la actividad cuando somos capaces de ir a nuestro verdadero ritmo.

Subir a la montaña diaria, es un acto placentero; al tratarse de algo consciente y elegido voluntariamente, una descubre que la meta no radica en alcanzar la cima a la mayor velocidad posible, sino encontrar nuestro ritmo y fluir con él, diluyendo la meta en todo el itinerario. Entonces todo el camino se llena de enseñanzas, de maestros invisibles que nos enseñan lo que precisamos; de esta manera siempre alcanzamos la cima, porque ella está, allí donde estamos conscientemente . La prueba del logro mencionado es que al regresar, quien vuelve es la montaña , en forma de mujer. " (capitulo IV- El clan de la luna- Chamalú)


“La mujer que disfruta de la vida se vuelve sabia, y sigue disfrutando de ella, porque se hace más y más consciente del misterio que la rodea“
“La espiritualidad era un ámbito femenino, los rituales y ceremonias de los grupos estaban presididos en muchas ocasiones por figuras femeninas, las mujeres fueron depositarias de los códigos ancestrales y eran las responsables de mantener la tradición oral. La intrusión del modelo patriarcal pervierte nuestra evolución espiritual, imponiendo sus dogmas para ocultar la fuerza histórica del simbólico femenino. Las representaciones de las Venus de la fertilidad, las diosas del conocimiento, las héroas inmortales, las alquimistas trascendentes, las BRUJAS SABIAS, y las mujeres cotidianas poseedoras de la tradición del saber de las mujeres”
“El cristianismo condenó la palabra “bruja”; porque era una de las palabras más respetadas, tan respetadas como “místico”, hombre sabio. Significaba mujer sabia, el paralelo de hombre sabio. En la Edad Media el cristianismo considero y se vio enfrentado a un peligro. Había miles de mujeres que eran muy sabias porque eran perceptivas. Conocían el arte de transformar la vida de las personas. Su filosofía se basaba en el amor y la transformación de la ENERGÍA SEXUAL”
“Las mujeres no vivimos como seres espirituales. Nos hemos dejado absorber por las preocupaciones materiales, lo que trajo como consecuencia un empobrecimiento del espíritu. Y a esta desaparición de nuestra libertad se suma el exceso de tensión”
“Tenemos que transformar la sociedad. Pero la única forma de transformarla es TRANSFORMARNOS A NOSOTRAS MISMAS; no hay otra manera, no hay falsos atajos” (Orgonitas " Mano Azul ")


Les dejo además por si les interesa la pagina de pañuelos en rebeldía , quienes a través de encuentros que se realizan dos veces al mes, intentan que nos volvamos seres capaces de reconocer cuales son las estructuras históricamente impuestas para que empecemos a repensarlas. La filosofía consiste en: desaprender para aprender.

http://www.panuelosenrebeldia.com.ar

Saludos

(La Maga Romeros - Tenedor Libre- comisión 1)

Pilar Callá comisión 1 dijo...

Como se sostuvo en clase, somos seres racionales, pero estamos muy ligados a lo sentimental. Cuando tomamos decisiones importantes en nuestras vidas, muchas veces predomina lo racional porque queremos encontrar una solución o respuesta a nuestros dilemas sobre la cual nos sintamos realmente seguros y convencidos de que es la más adecuada. En nuestra sociedad está muy instalada la idea de que el camino de la razón es el que nos hace arribar a un mejor puerto. Sin embargo, nuestras emociones están siempre presentes. Y muchas veces, lo mejor es tratar de escucharnos a nosotros mismos, tratar de darnos cuenta qué es lo que sentimos y qué es lo que mejor nos hace, y recién ahí es posible tomar una decisión que nos satisfaga. Después de todo, ¿qué sentido tiene tomar una decisión porque creemos que es la más correcta, lo más racional, si no nos sentimos a gusto con ella, si no nos hace sentir felices?
Es por eso, que a muchos de nosotros nos haría muy bien encontrarnos con la filosofía del zen, que nos permite encontrarnos con nuestros sentimientos. Somos personas que vivimos dentro de la vorágine de la ciudad, haciendo miles de cosas al mismo tiempo y pensando en lo que va a venir...Y en definitiva esta actitud no nos permite disfrutar completamente de lo que hacemos. Por su parte, el zen nos invita a vivir el hoy, el ahora al 100%, conectarnos con cada una de nuestras actividades. Si nos tomáramos la vida de ese modo, quizás no habría tanta gente estresada, ni ataques de acv...
Creo que podríamos aprender del zen, para poder transformarnos a nosotros mismos y a nuestros estilos de vida. Por supuesto, que esto llevaría tiempo y además, aprender implica desaprender, dejar de lado los prejuicios y los preconceptos que tan incorporados tenemos desde pequeños, para permitirnos SENTIR. Considero que es un buen camino para vivir mejor, mas en paz con nosotros mismos, de hecho cada vez son más las personas que elijen esta alternativa...
Debemos aprender a dejar a la fluya, a ser más relajados..."El que vive en armonía consigo mismo vive en armonía con el universo" Marcus Aurelius

Anónimo dijo...

Javier C. (Comisión 5)

Me pregunto si no hay algo Zen en Marx -no en el marxismo- al concebir al espíritu y a la vida particular de cada hombre como creación de lo material/de la materia.

Unknown dijo...

Me sentí muy identificada con una frase de este texto: “Estamos educados para ser pensadores lógicos y analíticos y tenemos dificultad para abrazar la ambigüedad, el devenir y la incertidumbre de la vida”.

El pensamiento Zen justamente refleja una idea totalmente opuesta a cómo Occidente se educa a sí mismo. Nuestra sociedad nos enseña que la estabilidad mental, el estar seguros de nosotros mismos, de lo que hacemos, de las decisiones que tomamos no llevará al éxito. Es el poder de saber lo que hacer, que muchas veces se transforma en soberbia y no deja lugar a que surja la duda ingenua y reflexiva.

En este mundo postmoderno y capitalista en el que vivimos, todo es cambio, y eso me recuerda a Bauman cuando cita a Marshall Berman en Amor Líquido escribe “todo lo sólido se desvanece en el aire”. Todo lo que nos guía, nos marca límites y parámetros como son los valores, ideas, prácticas, costumbres, están en permanente cambio. Se vuelve difícil adaptarse siempre y dejar de lado “las reglas” que nos enseñan cómo movernos en la cotidianeidad.

Creo que no es imposible apegarse a otras prácticas como la del Zen, pero que tenemos muy interiorizado el buscar una razón de ser a todo. El budismo plantea algo tan contrario a esto, el dejarse llevar, el aprender desde lo más profundo de uno, desde la práctica, la perseverancia, la desaprensión del yo para llegar a comprender la esencia de las cosas que muchas veces me cuesta verlo con credulidad.
Y sin embargo me contradigo y creo que para aprender a aprender es necesario abrir los ojos y nunca dejar de sorprenderse, no resignarse a que las cosas son de una manera. Lo son de muchas y lo seguirán siendo.


Comisión 5

Paula Galinsky dijo...

Como heredera del paradigma occidental, creo que es difícil dejar del todo el pensamiento racional y observar el mundo desde otro ángulo. Considero que sería importante romper un poco esas estructuras y preconceptos que la gran mayoría tiene para poder aprender desde el hacer. Es muy común que en nuestra sociedad nos quedemos con lo que pensamos y nunca lleguemos a transformar esa idea en acción o que no nos hagamos tiempo para hacer lo que realmente nos gusta o nos hace sentir bien. Esto ocurre por diferentes motivos: miedo, vergüenza, inseguridad, desgano.

A todos nos vendría bien poder adoptar algunas prácticas de la filosofía ZEN, conectar el interior con el exterior y llegar a algún momento de iluminación. Y cambiar aunque sea por un rato el plan, dejar de pensar para existir y transformar el aprendizaje en una condición básica para la formación del ser.

Paula Galinsky (Comisión 1)