jueves, 8 de septiembre de 2011

El encuentro con los Otros



“Desde que los rostros de los hombres se volvieron hacia fuera, éstos se tornaron incapaces de verse a sí mismos. Y esa esnuestra gran debilidad. Al no poder vernos, nos imaginamos.Y cada uno, al soñarse a sí mismo y ante los demás,queda solo detrás de su rostro.”
René Daumal



Alteridad, otredad, otro, prójimo, semejante son hoy nociones clave de la Psicología, la Antropología y la Filosofía contemporánea por el legado de Emanuel Levinas. Este pensador relacionó para su idea de subjetividad la ética y el cuerpo. Para Levinas la relación ética tiene lugar en el nivel de la sensibilidad, no en el nivel de la conciencia, el sujeto ético es un sujeto sensible, no un sujeto consciente. El yo consciente racional es reemplazado por el yo sintiente de la afectividad. Va a examinar el modo en que somos requeridos, solicitados, emplazados intimados por la presencia del Otro, de nuestros semejantes, el otro emerge como una necesidad urgente.Con Lévinas se pasa de la concepción de un yo cerrado (ego cartesiano) a un yo abierto, ya que la filosofía a partir de ahora no empezará en el yo, sino en el Otro. Entonces, ¿cuándo soy yo? Cuando el otro me nombra, si nadie nos nombra no somos nada. Podemos sustituir, de esta manera el "pienso, luego soy", que enunciaba Descartes, por "soy amado, soy nombrado, soy mirado -luego soy". El Otro como rostro que me enfrenta y responde a aquello que no soy yo, a aquello que es anterior a mí y, gracias a lo cual yo soy quien soy. ¿Qué sentiste cuando jugamos a “Conversar con las miradas” en la clase? ¿Qué cosas te decía ese rostro? ¿De que hablaron? ¿Cómo se comunicaron sin palabras?






25 comentarios:

Camila De Benedetti dijo...

El ejercicio de la mirada me gustó, pero no siento que pude converar con mi compañero a través de la mirada, creo que con la mirada se generaba una especie de complicidad ya que los dos nos encontrábamos en una situación poco común y algo incómoda.
Por otro lado me pareció interesante esto que leí de le bretton para reflexionar:

"El rostro traduce en forma viva y enigmática lo absoluto de una diferencia individual, aunque ínfima. Es una cifra, en el sentido hermético del término, un llamado a resolver el enigma. Es el lugar originario donde la existencia del hombre adquiere sentido. En él, cada hombre se identifica, se encuentra nombrado e inscripto en un sexo. La mínima diferencia que lo distingue de otro es un suplemento de significación que da a cada actor la sensación de soberanía de su propia identidad. El rostro único del hombre responde a la unicidad de su aventura personal. No obstante, lo social y lo cultural modelan su forma y sus movimientos. El rostro que se ofrece al mundo es un compromiso entre las orientaciones colectivas y la manera personal en que cada actor se acomoda a ellas. Las mímicas y las emociones que lo atraviesan, las puestas en escena de su apariencia (peinado, maquillaje, etc.) revelan una simbología social de la que el actor se sirve con su estilo particular.
El hombre no es el único que habita sus rasgos, también está allí el rostro de los otros, en transparencia. Pero el niño salvaje, el autista o el ciego de nacimiento dan cuenta de un rostro mudo que sólo la intervención de un entorno atento puede socializar. El rostro es pues el lugar del otro, nace en el corazón del lazo social, desde el cara a cara original del niño y de su madre (el primer rostro), y durante los innumerables contactos que la vida cotidiana entabla y desentabla.

Anónimo dijo...

El ejercicio de las miradas me resultó un poco incómodo, imagino que para ambas, y es esto lo que nos provocó risa. Nos comunicamos que estábamos desorientadas y no sabíamos como actuar... pero es difícil decir más que eso sin palabras. Creo que por eso se dice " nos entendemos solo con una mirada" cuando te conoces mucho con una persona, eso no pasa con un desconocido.

Por otro lado,el tema me llevó a pensar en cierta contradicción...podemos soportar estar al lado de una persona en una clase, o en el subte o el colectivo apiñados; pero no soportamos la mirada de la otra persona, no se la podemos mantener. Me parece que la mirada envuelve otras cosas como "lo que el otro piensa de mi" o "la opinión que tiene sobre lo que estoy haciendo" y es eso lo que nos genera temor.

Dolores (Cero Positivo)

Anónimo dijo...

El ejercicio lo hice con una compañera a la que conozco de toda la vida.
Resultaba de a ratos gracioso, porque ambos, al conocernos tanto, podiamos intuir que pasaba por la cabeza del otro. Yo creo que es dificl sostener la mirada ante cualquier persona, sea el tipo de relacion que sea.
Uno se siente invadido, como que el otro puede observar mis miedos, inseguridades, alegrias, secretos. Por eso a veces tendemos a mirar para otro lado, como forma de evasion, para que no nos roben esa intimidad.

Ezequiel
Grupo Liricos

Anónimo dijo...

Creo que la mirada del otro se carga de valor justamente porque no podemos mirarnos a nosotros mismos. Al conjugarse lo que hacemos, decimos, miramos, etc. con la mirada del otro las acciones se cargan de sentido; es por esta articulación que muchas veces nos sentimos vulnerables.
En el juego de las miradas me costo concentrarme porque en un principio lo primero que se dio en mi fue la incomodidad de saberme observada. En el día a día uno sabe que es parte del “paisaje” una mera posibilidad pero esa situación cambia cuando uno esta frente a otro para comunicarse sin palabras. En este punto cuando uno es conciente de que es observado, se evidencia el peso o hasta poder que puede llegar a tener la mirada.

Victoria, Cero positivo.

Anónimo dijo...

Florencia Arias
(grupo cero positivo)

El ejercicio de la mirada fue muy interesante. Al principio me dio risa, incomodidad, me preguntaba "para que nos hace hacer esto". Pero luego comprobamos que la mayoría no lográbamos mantener la mirada clavada en los ojos del compañero, incluso los que ya se conocían de antes.
Es curioso que, como comentó una compañera en clase, nos movemos en la vida con miles de personas alrededor pero no soportamos la mirada de otro clavada en nuestros ojos, enseguida nos intimidamos y miramos hacia otro lado.
Esto no ocurre, al menos para mi, por ejemplo cuando escuchamos a una amiga contarnos algo, sobretodo si es algo serio lo que se esta hablando. En ese caso me parece que no mirar a los ojos a la otra persona da una sensación de desinterés...

Malen dijo...

La primera reacción al ejercicio de sostenerse la mirada, fue como dijeron mis compañeros, de incomodiddad, lo que inmediatamente me llevó a lo que comunmente se dice la "risa nerviosa o por nervios" lo cual creo que fue por no saber qué esperar, cómo comportarme o reaccionar frente a eso que se me planteaba. A medida que el tiempo pasaba esos nervios fueron menos y decidí, de alguna forma, conectarme con lo pedido y sobretodo con mi compañera..poder decirle de la mejor manera posible: "estoy acá, estamos las dos en la misma, estamos en esto" y creo haber recibido lo mismo..o al menos así lo percibí. Sobre el final, en el momento que tuvimos que apoyar nuestras manos en las mejillas del otro también fue "complicado" supongo que ahí se estableció una verdadera conexión /comunicación ya que además de nuestras miradas, constantes, el sentido del tacto entraba en juego y el ejercicio tomaba otra dimensión ya que es un sentido que implica pasar esa pequeña frontera que existe en el otro y a su vez en uno mismo.
Fue una experiencia distinta no por eso menos interesante.

Anónimo dijo...

El ejercicio de mirarnos me parecio interesante pero se me hizo insostenible, me provoco risas e incomodidad. No estaba preparada para hacer algo así en clase, pero creo que fue muy claro como ejemplo para entender lo que el otro significa para uno mismo.
Uno se constituye en relación a otros, en contra y con el otro. Podríamos decir que es algo paradojico, ya que para comprender nuestra independencia, dependemos de que otro la reconozca. El otro es tan importante como uno.
Creo que es más dificil "soportar" la mirada del otro, que observar al otro en sí.

María Julia Baade Colombo
Grupo: 0 POSITIVO!

Christian dijo...

En mi caso noté que el ejercicio nos provocaba cierta incomodidad a ambos. A mi compañera quizas un poco más que a mi. Noté que esa incomodidad era producto de que ambos estabamos presentes, asi que en ese sentido la mirada certificaba nuestra existencia porque no nos era indiferente, asumiamos que el que estaba delante nuestro era una persona de carne y hueso, y por extensión, por no provocar en el otro una reacción extraña nosotros (en este caso yo), también .

No obstante me imagino que debe haber gente perfectamente capacitada para pararse delante de otro, mirarlo fijamente y estar totalmente ausente; o no importarle en lo mas mínimo esa presencia, aunque no se si eso entra dentro del orden de lo normal.

Anónimo dijo...

Respecto al ejercicio de la mirada como a muchos, supongo, me hizo sentir incómoda hasta el punto que a veces bajaba la mirada o miraba para otro lado. Es por esto que creo que no se logró la conversación a través de mirada, además de que ya la pauta de "mirense fijo" te inhibe un poco, pensás ¿por cuánto tiempo? ¿qué piensa el otro cuando me mira? etc. Y esta última pregunta es la que me hice reiteradas veces en el ejercicio y creo que tiene que ver con esto que nombraba Descartes, por "soy amado, soy nombrado, soy mirado -luego soy" que en mi caso vendría a ser un "soy pensado,soy mirado, luego soy".

Por otro lado lo que veníamos diciendo de las pautas espaciales y todo lo que tiene que ver con la proxémica, el espacio social e individual; uno en ciertos espacios legitima tanta aproximación o miradas por ejemplo en el subte, pero cuando se trata de una biblioteca como da un ejemplo Bateson o en nuestro caso en nuestro aula de estudio lo vemos como una evasión de nuestro espacio, nos incomoda hasta el grado de inhibirnos.

Alejandra Cero positivo

Alexia* dijo...

la mirada al prójimo... Difícil de sostenerla, es como si pudieran desnudar nuestra alma.

En el ejercicio en clase no hacía falta decirlo con palabras: mirándonos nos dábamos cuenta lo incómodo que se sentía por como costaba sostener la mirada.

La otredad es la característica más enriquecedora de la humanidad. Conociendo al otro y especialmente al otro diferente a mi, es cuando más cerca estoy de conocerme a mí mismo.

Alexia Abaigar. (Líricos)

Denise Targovnik dijo...

Relaciono la temática del "encuentro con los otros" con algo que vi el año pasado en el seminario de Diseño Gráfico. Para Merelau Ponty, cuando el bebé nace no distingue entre un yo y un otro. Con el correr del tiempo se desarrolla su percepción. Primero el bebé distingue a un otro con su esquema corporal y no logra percibirse a si mismo (es por eso que cuando se mira en el espejo no comprende que lo que ve es su propio reflejo). Al percibir al otro empieza a percibirse a si mismo, a adquirir su propio esquema corporal. Es decir, percibo al otro; luego creo mi imagen corporal. No hay clausura absoluta del sujeto sino que el otro está presente en mí.
Con esto quiero decir que el encuentro con el otro no solo define a mi ser sino que también permite el desarrollo de mi percepción y de mi estructura corporal. Gracias a que veo al otro entiendo como es mi cuerpo.

En relación a la experiencia de la clase pasada, el ejercicio de "conversar con las miradas" me incomodó bastante y el rostro que tenía enfrente me decía lo mismo. Me sorprendió ver cómo algunos compañeros sí lograron mantener las miradas durante el tiempo pautado y sin reírse.

Denise Targovnik (Grupo Opuestos y Complementarios)

Un dia como hoy dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Un dia como hoy dijo...

Dicen que los ojos son la ventana al alma.. quizá por eso se nos complicó el ejercicio. Todos tenemos una máscara una coraza que nos ponemos para no sentirnos vulnerables frente a un otro. Podemos constatar que nos están mirando pero no podemos controlar que pasa por su mente mientras lo hace. Creo que por ahí pasa la inhibición y la "risa nerviosa" como algunos dijeron. Es simplemente un freno, un mecanismo de "defensa" que tenemos para no dejar el alma al descubierto.

Melanie Berdichevcky
Grupo 0 positivo

Anónimo dijo...

Creo que el existencialismo está socialmente muy asociado a la intelectualidad, a veces de forma peyorativa, como los que "tienen el tiempo" de sentarse a pensar sobre la ontología del ser. Pero creo que es una pregunta que tarde o temprano nos llega a todos y consultar libros escritos por algunas personas que ya pensaron en el tema puede ser un buen disparador para intentar encontrar respuestas.
Un pelicula interesante y muy existencialista es La ultima noche de Boris Grushenko.

Maria Victoria - grupo Liricos

Belén dijo...

El ejercicio de la mirada me pareció interesantísimo, y más cuando leo todo lo que escribieron los compañeros. En mi caso particular ya lo había hecho varias veces, y estoy muy acostumbrada a ¨sumergirme en la mirada del otro¨ por teatro. Igualmente tengo que disentir con todos, yo no me sentí para nada incómoda. Nunca tuve problema con mirar a los ojos, es más, me parece una señal de franqueza, como de correr la cortina de la ¨ventana al alma¨ mencionada más arriba. Es cierto que en muchas culturas esto es considerado invasivo y descortés. Pero suelo desconfiar de la gente que no mira a los ojos, me da la sensación de que tienen algo que ocultar. Quizás me incomoda más ser mirada, no cuando hago un personaje sino en cuanto Belén. De chiquita detestaba que me cantaran el cumpleaños feliz porque todos me miraban en ese momento. De más grande esa inhibición fue desapareciendo.
Hice el ejercicio con Eze, nos conocemos de siempre y realmente me sentí cómoda. Creo que los códigos que se establecen con las miradas no son los mismos que cuando uno se ve por primera vez con otro. Hay otro entendimiento.
Por último, comparto una anécdota breve de una clase de teatro. Teníamos que hacer un ejercicio de acción-reacción. Estabamos parados con un compañero en el escenario solos y teníamos que mirarnos y hacer observaciones ¨objetivas¨ sobre el otro, como: ¨tenes puesta una remera verde¨ ¨tenés el pelo largo¨ y el otro tenía que repetir ¨tengo la remera verde¨ etc. Hasta ahi todo bien. Pero después se pasó a una segunda etapa donde había que decir lo que uno percibía en el otro, y el otro tenía que desmentirlo o afirmarlo repitiendo la misma frase pero cambiando el tono según estuviera de acuerdo o no. Al principio nos manteníamos en un terreno seguro. El me decía ¨me mirás con desconfianza¨. Yo le contestaba ¨Te miro con desconfianza?¨ El profesor gritó COMODO!!! Entonces por algún tipo de frustración interna miré a mi compañero con furia porque me pareció que estaba disfrutando de la situación incómoda, y él me dijo ¨me mirás como si me tuvieras ganas¨. Lo único que atiné a gritar fue ¨NO!¨ Todos nos reimos después, pero lo interesante fue en el momento que ante la expresión directa en palabras de lo que su mirada leia en mi no pude siquiera seguir con el ejercicio. Creo que en cierto sentido la mirada tiene algo de cerradura a través de la que vemos una parte del mundo, como en la ventana indiscreta y de escudo que nos ayuda a protegernos de los rayos directos de la mirada de los demás, que no podemos conocer y por eso nos desvela.

Andrés E.D. dijo...

El ejercicio fue realmente incómodo ya que es algo a lo que uno no está acotumbrado hacer. Personalmente no logré comunicarme con la mirada, pero sí mantuvimos el eje O-O.
Pienso que el hecho de estar interpelados por tantas tecnologías que nos facilitan un intercambio virtual, a su vez dificultan el intercambio presencial. Así como ganamos en soltarnos en el momento de comunicarnos por mail o msn, perdemos soltura a la hora del intercambio interpersonal. Y esto se ve reflejado en el ejercicio que hicimos el martes pasado.

Andrés Enriquez Dibós
(Grupo: Atajando enfermeras)

Anónimo dijo...

Me acordé justo apenas publiqué de un poema de Borges que me encanta. El final dice así

Your dark rich life...
I must get at you, somehow: I put away those illustrious toys you
have left me, I want your hidden look, your real smile
—that lonely, mocking smile your cool mirror knows.

En una traducción algo silvestre dice así:

Tu vida rica y oscura....
Debo llegar a ti de algún modo: hago a un lado esos juguetes ilustres que me has dejado, quiero
tu mirada oculta, tu sonrisa real
- esa sonrisa solitaria y burlona
que conoce tu frío espejo.

Belén (Opuestos y complementarios)

Carolina Aponte Ramirez dijo...

El Ejercicio de mirarnos fue raro. Mirar al otro con concentración es muy difícil (mas si las dos somos mujeres, por que no tenemos la caja de la nada) Lo único que podía pensar es ¿en que estará pensando la otra persona? y eso me hizo pensar que si, siempre estamos pendientes de la mirada en el sentido de:¿QUE VE EN MI EL OTRO?¿O QUE PIENSA CUANDO ME VE? Podemos tranquilamente observar a otro, pero si este otro nos observa corremos la mirada, nos incomoda, nos pone nervioso.

Grupo: Atajando enfermeras

Carolina- atajando enfermeras dijo...

Aca dejo el link de la publicidad que mencionamos en clase sobre las miradas

http://www.youtube.com/watch?v=VilfwRQEiA0

Anónimo dijo...

La verdad nunva había hecho el ejercicio de las miradas y me resultó interesante pero bastante incómodo. Me fue muy díficl mantener la mirada por más de unos segundos, y a mi compañera le pasaba lo mismo, nos reíamos con nerviosismo.
Las miradas pueden decir muchas cosas, por algo será el famoso "amor a primera vista" o "nos entendemos con la mirada". Mirar no resulta incómodo pero al ser mirados fijamente nos sentimos invadidos e indefensos.
Mis felicitaciones a aquellos que lo lograron .

Les dejo los links de nuestra presentación: el prezi, Y el fragmento de la película "La Ola"
Saludos!

Sofía Cash
0 POSITIVO

http://prezi.com/3ybhwoiawgnc/present/?auth_key=6b2a417&follow=ale_pierini@hotmail.com#0_27193272

http://www.youtube.com/watch?v=jVRpNKIg0uU

Alejandra Torres dijo...

El encuentro con el otro fue un poco incómodo, informal, resumido, extenso, inconcluso, nada mal. Me quedé con dudas. Quería saber más, tal vez porque la comunicación no fue del todo clara y profunda. Su mirada era fugaz, costo que me mire a los ojos, pero fue divertido. Me agradó el ejercicio.
Grupo: Atajando enfermeras

Diana Arenas dijo...

Nos dio mucha risa. creo que en el aula mucha distraccion, mucho pensar que esta haciendo el otro en vez de focalizar en el ejercicio. De todas formas hoy ya paso un tiempo y me acuerdo de la cara de mi compañera totalmente. Hubo conexion a través de nuestras risas, de las arrugas en nuestros ojos aguantando las ganas de reirnos mas fuerte jaja. algo nos dijimos, mucho, poco, no se si es lo importante, algo quedó.

Clara Lordi dijo...

Fue muy interesante el ejercicio de la mirada. Me hizo darme cuenta cuan dificil es a veces observar al otro detenidamente, a veces hasta nos pasa con seres queridos y se vuelve hasta un poco incomodo.
Pero deberiamos comunicarnos más a través de las miradas, de los sentidos, a veces vamos por la vida pensando en nosotros nada más, en todo lo que tenemos que hacer y nos olvidamos del mundo, de las personas.

ludmila piedrabuena(grupo como perros y gatos) dijo...

el ejercicio de la mirada fue incomodo , no podiamos mantener la mirada en el otro, rapidamente nuestra ojos miraban para cualquier otro lado , trataba de concentrarme , pero era casi imposible. Aqui comparto un fragmento de Deon: "Instituto de ciencias superiores" "El Otro es el que me ve". Ese Otro está allí observándome, mira mi cuerpo, observa mi forma de hablar, caminar... Y es así como voy constituyendo mi necesidad de satisfacer la mirada de ese Otro, es ahí cuando (en casos de haber algo que ha perturbado el desarrollo) uno sólo busca satisfacer el deseo de ese Otro".

lorena treviño dijo...

el ejercicio se las miradas fue complicado, ya que en lo personal no pude sostener la mirada ni unos cuantos segundos, fue muy incomodo.

en el texto que tenemos arriba me parece totalmente cierto nosotros no podríamos existir sin alguien a lado , ya sea para acompañarnos, para amarnos, para reconocer nuestros triunfos o para todo lo contrario pero no seriamos alguien si no existiera alguien mas