lunes, 22 de agosto de 2011

La mente aquí y ahora














“Cuando la mente aquí y ahora desaparece, el cielo entero desaparece. Cuando la mente aquí y ahora aparece, la gran tierra aparece”

Proverbio Zen


Vivimos agobiados, apurados, luchando contra condiciones, a veces externas y a veces creadas por nuestra angustia.
Miramos, a veces desesperadamente, a nuestro pasado como fuente de paz o a nuestro futuro como cese de nuestras aflicciones. Nada parece ser suficiente.
Ahora, ¿Consideramos como estamos viviendo?
Les propongo unas preguntas aparentemente sencillas:

¿Dónde está nuestro pasado? ¿Dónde está nuestro futuro?

Si ahora estamos en un lugar: ¿podemos simultáneamente estar en otra parte?


Nuestra vida ocurre aquí y ahora. Pero tendemos a no estar presentes, a no ver que sencillamente estamos hoy y en este lugar. Nuestra mente no para. Nuestros pensamientos van y vienen sin pausa desde nuestras experiencias pasadas a nuestros sueños futuros, comparándonos con lo que dijimos que íbamos a ser, lo que nos dijeron que debíamos ser …
Para muchos de nosotros, cierta inquietud de nuestra mente, constituye una experiencia cotidiana. Así para muchas personas la sensación de “no poder parar de pensar” “sentir que sus pensamientos no se detienen” y la consecutiva sensación de tensión interna, ansiedad y stress son cotidianos.

"El Buda se dirige a un grupo de discípulos y cuenta la siguiente historia: Un hombre entra en un bosque y es herido por una flecha. Cae y, sobre el piso se pregunta:

-¿Quién arrojó la flecha?¿Porqué arrojó la flecha?¿De que material está hecha la flecha?... y mientras su mente se hace esos cuestionamientos, muere. El Buda interroga a sus discípulos:

-¿Qué debió haber hecho el hombre? y ante el silencio expectante de sus seguidores, el Buda comenta compasivamente:

-Solo debió haberse sacado la flecha y seguir caminando."

¿Que acciones vos llevás a cabo para permitirte estar aquí y ahora?

¿Cuáles son esas actividades que a vos te desconectan y que te permiten fluir, relacionándote con tu lado más creativo? ¿Cómo “sacás tus flechas”?



30 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo creo que muchos vivimos con ese estorbo, esa flecha que no deja caminar, seguir y por eso es que miramos al pasado con nostalgia como algo mejor o a un futuro, si bien incierto, creyendo que puede ser mucho mejor que el aquí y el ahora.
Así se nos pasa la vida hoy en día, en la insuficiencia del espíritu, es cuestión de buscar como llenarlo, con actividades simples como jugar al fútbol con amigos, pintar un cuadro, charlar con amigas. Así, el espíritu se llena de júbilo y camina...



Alejandra.P

Malen dijo...

"Nuestra mente no para. Nuestros pensamientos van y vienen sin pausa desde nuestras experiencias pasadas a nuestros sueños futuros."
Coincido con eso. Pero también creo que lo importante es no "atarnos" a nada (ni a lo que fue el pasado ni a lo que puede ser un futuro) sino, solo
conservar del pasado los momentos más placenteros o los que nos ayudaron a crecer, a conocernos. Y ,en ese sentido, sí seguir
hacia adelante, proyectar, "seguir caminando" sabiendo que "lo que fue" solo puede ser conservado como experiencia, como parte de nosotros.
Y A partir de ello disfrutar HOY porque cada día (con sus horas, minutos, segundos) es único e irrepetible. Pararnos a pensar en eso, quizás,
nos ayude a "vivirlos" desde otro lugar,el cual nos permita preguntarnos acerca de cuáles son nuestras prioridades, por qué aquellas y no otras...

En mi caso lo que me permite "desconectarme un poco" y disfrutar de "Mis Hoy" es:pasar tiempo con amigos, escuchar música, mirar un partido de tenis (ya sea por tv o yendo a una cancha)
y sobretodo nadar (actividad que me resulta realmente placentera).

Camila De Benedetti dijo...

Una vez le preguntaron a Buda qué es lo que a él más le sorprendía de la humanidad, y respondió:
"Los hombres, que pierden la salud para juntar dinero, y luego pierden el dinero para recuperar la salud y por pensar ansiosamente en el futuro, olvidan el presente de tal forma, que acaban por no vivir ni el presente ni el futuro, viven como si nunca fuesen a morir y mueren como si nunca hubiesen vivido".

Anónimo dijo...

Esta entrada me hizo acordar a un ensayo que escribí para Taller I, se me ocurrió releerlo y encontré esta cita de Tolstoi que me parece apropiada:
“Yo estaba limpiando la pieza, al dar la vuelta, me acerqué al diván y no podía acordarme si lo había limpiado o no. Como esos movimientos son habituales e inconscientes no podía acordarme y tenía la impresión de que ya era imposible hacerlo. Por lo tanto, si he limpiado y me he olvidado, es decir, si he actuado inconscientemente, es exactamente como si no lo hubiera hecho. Si alguien consciente me hubiera visto, se podría restituir el gesto. Pero si nadie lo ha visto o si lo ha visto inconscientemente, si toda la vida compleja de tanta gente se desarrolla inconscientemente, es como si esta vida no hubiera existido”. (Nota del diario de L. Tolstoi de 28 de febrero de 1897, Nikolskoe. Letopis, diciembre de 1915)

Con respecto a la pregunta: si ahora estamos en un lugar ¿podemos estar simultaneamente en otra parte? Creo que en clase lo hablamos, es claro que la mente y el pensamiento nos pueden abstraer y llevar a otros lugares. Por ende, es posible que estemos físicamente en un lugar y mentalmente en otro.
Debo reconocer que, en mi caso, no hay muchas actividades que me permitan conectarme con el aquí y ahora. Sin embargo, creo que dibujar y bailar me permiten fluir y conectarme con mi estado más creativo.
Para terminar me gustaría agregar otra cita del libro "El Misterio del Solitario", de Jostein Gaarder; en el que base mi ensayo y me parece relacionable con el cuento de la flecha: “De repente, me pareció muy triste que los seres humanos nos acostumbremos a algo tan indescriptible como es el hecho de estar vivos. De pronto, un día vemos evidente que existimos, y luego no volvemos a pensar en ello hasta que estamos a punto de abandonar este mundo.”



Dolores Mallo

Alejandra Torres dijo...

Es realmente difícil poder escindirse por un momento de lo que nos rodea, u órbita. Me cuesta abstraerme de mis quehaceres cuando me siento acorralada.
Admito que en la última clase el ejercicio de meditación y la fruta me agrado. Fue una actividad fuera de lo común, ya que no estamos acostumbrados a ese tipo clases en la facultad. Lo de la fruta fue extraño. Nunca se me hubiera ocurrido comer un arándano en clase. Fue raro, pero me dejo pensando...
A veces se cumplen con tanta rigidez las convenciones o protocolos sociales que lo "fuera de lo común" puede asombrarnos.

ludmila piedrabuena dijo...

vivimos en un mundo donde nosotros recreamos nuestros problemas y conflictos, saturados por las cosas que nos pasan nos hacemos problema por todo hasta por lo mas sencillo de solucionar ,lo interesante de esto es poder ver mas alla del problema ignorar aquellas cuestiones que nos agovian dia a dia y salir adelante sin temor a equivocarse.

ludmila dijo...

chicos les comento que yo no recibi ninguna fruta estuv alli pero no puedo contar lo que me paso porque no recibi nada jaja. anecdotico lo mio. : )

Anónimo dijo...
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María Jimena Iezzi dijo...

Hola a todos!! Ya sé que cambiamos de tema pero les quería comentar que el otro día vi una peli que me hizo pensar en lo que vimos respecto a Descartes. Sobre que es la verdad y si realmente la podemos llegar a conocer.
La peli es: ¿Quién quiere ser John Malkovich?
Quería saber si la vieron y sino mirenla porque me parece que esta relacionada con las cosas que hablamos en clase. Además es una linda película y la van a pasar bien!!

saludos

María Jimena Iezzi

Agus Auzmendi dijo...

Lo que me paso con el arandano fue muy loco, en en primer momento me dije: eso de cerrar los ojos debe se cualquiera, una vez dentro de la actividad, me emocione, cuando me dieron el objeto pense que era plastilina, despues, al entender que era comestible, pense en una aceituna negra hasta que al sentir el sabor comprendi que era algo dulce. Es interesante como la percepción, la concentración y la intensidad ayudan en el proceso de aprendizaje y descubrimiento

Denise Targovnik dijo...

Encontré un cuento que se relaciona mucho con el aquí y ahora, con centrarnos en una sola cosa para conseguir nuestros objetivos.
Un muchacho le pregunta a un sabio qué debía hacer para conseguir lo que quería, lo que deseaba. El sabio sometió al muchacho a una prueba: lo metió en el agua y lo hundió, impidiendo que pudiera subir a la superficie. Cuando finalmente lo suelta, el sabio le pregunta: qué es lo que más deseabas debajo del agua?
El muchacho le responde: aire. El sabio le pregunta: no deseabas joyas, dinero, poder? Y el muchacho responde: no... solo aire!
El sabio le dice:
Entonces, para conseguir lo que tú quieres debes quererlo con la misma intensidad que querías el aire, debes luchar por ello y excluir todo lo demás. Con el esfuerzo, la insistencia y centrando tu energia en una única cosa conseguirás todo lo que te propones.

Por otro lado, las actividades que a mi me conectan y me permiten fluir, olvidarme de mis "flechas", son: disfrutar momentos con personas que quiero, bailar, estar al aire libre, reírme.

Con respecto a la actividad del arándano, cuando lo tenía en mis manos pensaba que era plastilina o alguna masa por lo que me pareció medio raro meterlo en mi boca. Espié para ver que es lo que hacían mis compañeros y ahí pude sentir su sabor. Los prejuicios a veces no nos dejan avanzar, son como las "flechas" de las que hablaba el Buda.

Anónimo dijo...

Es muy dificil sacarse las flechas y seguir adelante, mas no imposible. Yo tengo la sensación de ir por la vida sólo por inercia, aunque no es una inercia mecanizada y monótona. Al contrario, suelo tener todo el tiempo ocupado entre estudio y trabajo y esa voragine de querer cumplir con todo hace que mi vida se me vaya de control.
A raiz de lo que hablamos en clase, me di cuenta de la importancia de estar con la cabeza en lo que estoy haciendo, y no pensando en lo que vendrá luego. Ese futuro después será realidad y ahí sí nosotros podremos intervenir. Mientras tanto, debemos intervenir la realidad que nos rodea.
Intenté durante esta semana tomarme las cosas de esa manera, y noto que hay cambios hasta en la manera de tratar a la gente que está a mi alrededor.

Ezequiel Calado

Anónimo dijo...

"Nuestra mente anda siempre centrada en cosas que no existen: el pasado y el futuro. Ni el pasado ni el futuro existen. El pasado no es mas que una serie de impresiones grabadas en “el disco duro” de nuestra memoria y el futuro, como no ha llegado aun, es obvio que no es mas que una fantasía mental. Así pues, resulta que nuestra mente está continuamente perdiendo el tiempo con lo que no tiene realidad alguna, enajenándose por el contrario de la única realidad que tenemos, EL MOMENTO PRESENTE. No hay otra realidad mas que ésta: EL AQUÍ Y EL AHORA."


Es dificil poder lograr un equilibro interno para poder olvidarnos de lo que pasó y de lo que viene dado que el mundo en el que vivimos nos obliga continuamente a pensar en sucesos pasados y en nuestro futuro.
Por eso no disfrutamos el hoy, porque ya estamos pensando en el mañana, no nos dejamos ser.
Todos deberiamos aprender a concentrarnos en el aqui y ahora y en disfrutar en las cosas simples de la vida.
Creo que todos tenemos distintos tipos de actividades que nos ayudan a conectarnos con este aqui-ahora, puede ser la danza, la musica, o simplemente sentarse a mirar el cielo. Todos deberiamos detectar esto y explotarlo para reconectarnos no solo con el presente sino tambien con nosotros mismos.


Clara Lordi

Sonia Modic dijo...

Con respecto a la actividad del martes pasado, me resultó interesante advertir cuán dependientes somos de la vista y en qué medida los demás sentidos se agudizan al cerrar los ojos. En el caso de la experiencia realizada en clase, la restricción de la vista intensificó el funcionamiento del tacto y del gusto.
El ejercicio me llevó a reflexionar acerca de cuán insegura me sentí al cerrar los ojos y percibir el objeto que tenía entre mis manos. Es decir, con la vista hubiera reconocido de inmediato al arándano, mientras que con el tacto y el gusto me costó más. De hecho, sentí desconfianza al llevarme la fruta a la boca, porque no sabía con qué sabor me iba a encontrar.

Un dia como hoy dijo...

Creo que la experiencia del arándano da para pensar. ¿Qué hubiese pasado si ese mismo arándano no lo comía con los ojos cerrados y en silencio sino en una clase cualquiera mientras el profesor habla de la semiótica, mientras respondo un mensaje de texto, mientras pienso en lo que voy a almorzar cuando salga de la facu o en lo que voy a hacer el fin de semana?
Ese mientras, esa simultaneidad es lo que destruye los momentos. Estar en cientos de lugares a la vez (corporal o mentalmente)nos quita la posibilidad de degustar ese instante, de sentir su textura y aroma y, por lo tanto, de aprender de esa experiencia.
Ya lo dijo John Lennon y no me atrevo a contradecirlo: "La vida es aquello que te sucede mientras estás ocupado haciendo otros planes"


Para cerrar puedo decir que en uno de los pocos momentos en los que mi mente está en solo lugar es cuando canto o cuando escribo ficción.

Melanie Berdichevcky

Belén dijo...

Me parece que lo que hablamos todos acerca del ritmo desenfrenado de la vida actual refiere más bien a la vida en la ciudad, y especialmente a las ciudades occidentales (aunque hay países como japón, por ejemplo, donde la vida también se ha acelerado terriblemente, al ritmo del crecimiento tecnológico). Creo que de fondo hay dos cuestiones: una relacionada a los tiempos del trabajo y el mayor nivel de competencia que se produce como derivado del aumento de la escolarización y especialización, los avances tecnológicos, y la necesidad de exprimir el tiempo. La frase ¨el tiempo es dinero¨ nunca tuvo más peso que hoy (y al parecer, nunca tendrá más peso que mañana, y pasado, y así en un círculo infinito). Tenemos una mayor expectativa de vida que nuestros antepasados y sin embargo sentimos que no tenemos suficiente tiempo. La vida zapping que llevamos nos exige cambiar continuamente de actividad y de atención. Me ha pasado, al enterarme de que alguien cercano a mi perdía a un ser querido, de mirar a mi familia reunida alrededor de la mesa, y pensar en la cantidad de veces en que me levanté de la sobremesa para ir a ver televisión o estudiar. No es posible vivir en un congelamiento del tiempo total, porque si nos ancláramos tan profundamente en el presente perderíamos las metas, el empuje, la mirada hacia un provenir mejor; pero creo que tampco deberíamos dejarnos seducir por el facilismo banal de la conexión a las máquinas, que obedecen cualquier orden que uno les de al instante. Creo que en parte también es eso lo que nos vuelve tan impacientes. Uno espera que los humanos reaccionen tan velozmente como una calculadora o una computadora, y entonces pierde de vista lo que es el contacto real, en favor de la velocidad. Lo veo todos los días en mi trabajo com profesora, los chcicos cada vez tienen un span de atención más corto, no soportan las actividades que les lleven demasiado tiempo.
En cuanto al arándano, la sensación que tuve en el momento fue de fugacidad, sentí el sabor un instante en la boca pero no pude impedir que se me escapara. Es algo así como lo que sucede con el tiempo. Las actividades que me permiten conectarme con el AQUI y AHORA son el teatro (puro presente en ebullición) y la escritura, así como también un abrazo, o una buena charla con amigos o familia.

Belén dijo...
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Alexia* dijo...

Cuando me fui de la clase el martes pasado pensaba en esto de estar presente aquí y ahora porque es algo que yo siempre quiero hacer pero que me cuesta mucho lograr.
El tema es que cuando me subí al subte, viajé, me bajé, perdí el tren y miré el reloj preocupada porque no iba a llegar a horario a mis otras actividades, me di cuenta de lo difícil que es estar relajado y conectado con el aquí y el ahora en la ciudad y con el ritmo de vida actual. Creo que el disfrute de nuestros hobbies y actividades que nos gustan es la clave para llegar a una plena conciencia de nuestro cuerpo.

A mi me llena la naturaleza, hacer un viaje o una escapada cada vez que puedo para huir del ruido de los colectivos y de los despertadores. Cuando no puedo hacer eso la opción alternativa es ir a la plaza con mi perra. A caminar haga frío o calor.

Es clave dedicarse a uno mismo aunque sea un rato a la semana, haciendo algo que nos conecte con nosotros mismos y con la percepción de la vida que hasta lo que conocemos es muy corta y hay que aprovecharla.

Alexia Abaigar.

Anónimo dijo...

Para reflexionar acerca de este tema me parece interesante atender a la pregunta que un discípulo le hizo a su maestro Zen:

"¿Cuál es la importancia de la expresión aquí y ahora?": "Es una
profunda filosofía. Aquí y ahora significa estar enteramente en lo que se hace y no pensar en el pasado o en el futuro, olvidando el instante presente. Si no sois felices aquí y ahora, no lo seréis jamás (...) Se piensa aquí y ahora, se trazan planes aquí y ahora, se recuerda aquí y ahora."

Centrar la mente en el aquí y ahora nos permite zambullirnos por completo en nuestro presente, sea lo que sea que estemos haciendo. Así sea que estemos trabajando, estudiando, conciliando el sueño o degustando un arándano. El hecho de dejar de lado el pasado y el futuro nos permite disfrutar por completo lo que estamos haciendo.
Poniendo en práctica esta filosofía estaremos en condiciones de disfrutar cada momento y ser felices en lo que hacemos.

M. Julia Baade Colombo.
Grupo: "0 positivo"

María Victoria dijo...

Pensar en vivr la intensidad del momento me hace recordar unos extractos de dos películas excelentes: "Manhattan" de Woody Allen. Donde el personaje principal se pregunta: "Por qué la vida merece ser vivida? Bueno, supongo que hay cosas que hacen que la vida merezca la pena vivirse. Por ejemplo, Groucho Marx y Willie Mays; y el segundo movimiento de la “Sinfonía Júpiter”; y la grabación de “Potatohead blues” por Louis Armstrong; y las películas suecas; y La “educación sentimental” de Flaubert; y Marlon Brando, Frank Sinatra, las fabulosas manzanas y peras de Cézanne…"

Y "Amelie" de Jean-Pierre Jeunet, donde dice que Amelie "ha cultivado un gusto por los pequeños placeres: como meter la mano en un saco de legumbres"

Son esas pequeños aperitivos los que pueden llevarnos a momentos de iluminación.
En la sociedad actual, hay elementos de la filosofía zen pero en la forma de cascarón, sin contenido. La iluminación, lejos de ser un lento proceso, se ofrece en infusiones como "Intizen" o "Epika", como una suerte de "esencia" de la iluminación...

Anónimo dijo...

Suelo no estar presente en el aquí y el ahora, creo que hasta cuando intento estar presente mi cabeza se llena de preguntas. Una de las cuales es el por qué mi incapacidad para dejar de “maquinar”. Creo que maquinar es la palabra que en mi caso es adecuada, mi cabeza se comporta de esa manera y creo que no es casual. La idea de “utilidad”, de “beneficio”, de “tiempo” medido en cantidades es lo que hace en cierto punto que uno no pueda dedicarse al 100 %; que no pueda dejar de pensar en lo que hay que hacer o en lo que podría estar haciendo y todo lo que me falta hacer.

La necesidad de encontrar respuestas. Es en esta búsqueda en la que el hombre herido por la flecha pierde la posibilidad de salvarse.
Creo que a veces se necesita de las flechas porque son las que dan cuenta del presente dando la posibilidad de transformarlo para poder fluir.

No tengo una forma puntual de sacar mis flechas; cambian en la medida que yo cambio pero suelen estar relacionadas con el hacer.


Victoria.G

Anónimo dijo...

Creo que hoy en día resulta casi indispensable encontrar esos momentos, sacar las flechas.
El trabajo y el estudio son necesarios, pero si no disfrutamos de esos instantes que nos llenan el alma, para que vale la pena realmente vivir??
Sería una lástima en un futuro observar en retrospectiva y darse cuenta que hemos vivido en "piloto automático". Hay que sentir, vivir, y no simplemente transcurrir

Aunque resulta dificil, no hay que olvidarnos de buscar esos momentos . En mi caso, viajar, jugar un partido, meter un gol, bailar y planear próximas aventuras me hace sentir viva.


Dejo una estrofa de una canción de Mercedes Sosa que me pareció interesante

Eso de durar y transcurrir
No nos da derecho a presumir
Por que no es lo mismo que vivir
Honrar la vida.

Sofía Cash
grupo: 0 positivo

A. Colombo. dijo...

Considero que las exigencias actuales (tanto externas como internas) nos llevan a tener el eje puesto en el futuro más que en el presente. "Tener que" hacer cosas para forjar un futuro provoca que no estemos concentrados en el presente. Por eso es que me parece que la mayoría de las veces uno está en un lugar pero al mismo tiempo está en otro o en varios; pensando qué tiene que hacer luego o tal vez recordando alguna cosa. De cualquier manera, no creo que estar en varios lugares a la vez sea siempre una cosa negativa, por ejemplo, se puede estar en un sitio en el que no se la esté pasando bien, y aprovechar para "viajar" a otros pensamientos/lugares.

En mi caso, trato de conectarme con el aquí y ahora siempre que sea posible y siempre que sea placentero, por ejemplo intentando no hacer varias actividades a la vez cuando comparto un rato con mis amigos y, en cambio, conectarme con la situación y las conversaciones que puedan darse; otra forma de conectarme es disfrutar cuando tengo un tiempo para estar sola, y tal vez no hacer nada, que también a veces es una buena manera de vivir el presente.

Flavia Schipper dijo...

Una flecha se puede sacar, pero si son muchas...estamos en problemas. Creo que la filosofia zen puede abrir un camino hacia la vida "al 100%", pero como el arquero que no podia dar al blanco, requiere de una practica, ya que, no prestar atencion al pasado o al futuro y vivir el aqui y ahora tambien seria olvidar otras posibles flechas.
Veo a la filosofia zen como un posible modelo a seguir, pero un modelo, una cosmovision de la vida que necesita de la disciplina y de la estabilidad, para no chocar con algunas prisas occidentales.

Andrés E.D. dijo...

Creo que estamos en la misma discusión de mente (espíritu) y cuerpo cuando se nos pregunta si podemos estar en el presente y en otra parte simultáneamente. Pareciera que nuestra mente se dedicase a pensar en el pasado, en aquello que hicmos, que dijimos, que nos alegró, etc, etc y en cómo mejorar o qué hacer frente el incierto futuro. Y nuestro cuerpo, por otra parte, sólo por una cuestión física, permanece en el presente. Vivimos en una sociedad donde estamos las 24 hs bombardeados por programar nuestro futuro (vacaciones, carrera universitaria, conseguir un mejor trabajo, casarnos, formar una familia, comprar el mejor celular el cual será el mejor sólo 1 mes hasta que sale uno nuevo, etc etc). Parece que el presente es soslayado permanentemente, Y somos nosotros quienes podemos recuperarlo. ¿Cómo lo hago? Es difícil, pero trato de disfrutar los momentos con mis seres queridos evadiendome del "¿qué tengo que hacer para mañana?". Escribir me conectan con mi proceso creativo. Hacer natación me desconecta de todo.

Andrés Enriquez Dibós.-

Christian dijo...

Christian Codeglia

Cuando salí la clase anterior me acordé que en determinado momento, en la literatura, se empezó a desarrollar el concepto de tiempo psicológico. Se trabajó mucho con los pensamientos y estados de ánimo de los personajes, sobre todo con los pensamientos caóticos y enfermizos de los que el Zen nos propone despojarnos, y los lectores conseguían identificarse con esas historias desde un lugar diferente.

Me pregunto si en ese caos mental no se encuentra nuestra identidad y si la iluminación de la que nos habla el Zen no es, en algún punto, un renunciamiento a parte de nuestra complejidad porque nos resulta dificil de sobrellevar

Anónimo dijo...

Luego de la clase del martes me quedé pensando en lo arrebatada que es la vida en la gran ciudad y la necesidad de frenar un poco para pensar y relajar. El ejercicio que hicimos en clase creo que básicamente se trató de eso. En mi caso no pude controlarme y mientras tenía los ojos cerrados por mi cabeza pasaban muchas cosas (desde los textos que debía leer para las materias que cursaba al día siguiente hasta un llamado que debía hacer urgentemente a la noche). También pensaba en lo importante que es el sentido de la vista y cómo al carecer de el se agudizan tanto el gusto como el olfato. Me sentí muy frágil y con miedo de ver con qué me iba a encontrar al sentir la fruta en mi mano y ni hablar de cuando me la tuve que llevar a la boca.
En cuanto a la actividad que me "llena" y me permite desconectarme un poco creo que son las largas caminatas por la playa (soy del sur de una ciudad costera) o por algún lugar verde en caso de estar en Buenos Aires. Para mi mirar el mar es sumamente reconfortante y gratificante.


Soledad García Seyda

Anónimo dijo...

Maria Florencia Arias.
(grupo CERO POSITIVO)

Creo que la experiencia del arándano da mucho para pensar.
A mi particularmente me pasaron dos cosas diferentes. En un primer momento, cuando se apagaron las luces y debíamos cerrar los ojos, estaba como en otro lugar, pensando que tenia sueño, que debía hacer cosas cuando volvía a mi casa, cuantas cosas debía leer para el día siguiente, etcétera.
Pero en un segundo momento, cuando el profesor comenzó a hablarnos para que no pensemos en otra cosa que no sea lo que estábamos haciendo (sentir y comer el arándano), logre concentrarme en eso y solo eso.
Indudablemente la mayoría de nosotros no logramos aquello que logramos en la clase en nuestra vida diaria. Siempre estamos preocupados y pensando en muchas cosas a la vez, en lugar de disfrutar del momento PRESENTE.

Creo que lo más importante para destacar de la experiencia en la clase, es que lo que ocurrió no fue que el profesor nos hipnotizó, sino que logramos disfrutar de comer el arándano de una manera muy simple, con las palabras del profesor y el ambiente como ayuda para poder relajarnos. Es decir, que aunque sea difícil lograrlo en nuestra vida diaria, yo creo que se puede y que debemos intentar hacerlo para que nuestra vida sea mejor.

En mi caso particular, cuando voy a mis clases de danza clásica o bailo en un escenario, todo desaparece y puedo disfrutar de ESE MOMENTO sin pensar en otras cosas a la vez.

Natalia Calabrese - Grupo ni pincha ni corta dijo...

Hoy me levanté a las siete de la mañana y mientras desayunaba me dispuse a ver este blog. Mientras empecé a mirar los primeros comentarios me acordé que tenía que poner la ropa en el lavarropas. Mientras seguía leyendo también recordé que no tenía nada en la heladera por lo que fui hasta el chino y la verdulería para aprovisionarme. Cuando volví, ya dispuesta a hacer mi comentario en el blog, la ropa ya estaba lista. Asíque me puse a colgarla en el tender. Ahora son las 9.38 am y estoy dejando mi comentario, dos horas y media después. Claramente no puedo hacer una sola cosa a la vez, pero creo, como dijeron varios anteriormente, que es parte de la mentalidad de la sociedad en la que vivimos. Creo que debemos hacer un esfuerzo por estar aquí y ahora cuando se trata de cosas importantes.

lorena treviño dijo...

creo que no existe un futuro o un pasado o no tendríamos pro que preocuparnos tanto en esos dos ya que tenemos que aprender del paso peor no vivir en el ni de el y tenemos que pensar en futuro peor no preocuparnos por el ... sino lo mas sabio que se puede hacer es vivir el presente y tratar de estar ahí disfrutarlo sin preocuparle de como se vive ... tratar de estar en un solo lugar por que si creo que podemos estar en dos lugares a la vez , una con el cuerpo y en otro lado con la mete , tratar de concentrarnos en lo que estamos haciendo así lo haremos mejor y aprenderemos y disfrutaremos cada segundo.