Aquello que elegimos creer acerca de la naturaleza del hombre tiene consecuencias sociales.
Leon Heinsenberg
Unos de los legados de Descartes en nuestra cultura es haber limitado lo corporal a lo biológico, lo vivo a lo físico y lo material a lo mecánico. Hemos concebido al hombre enfrentado a la naturaleza y también hemos descuartizado conceptualmente nuestro cuerpo al pensarlo en términos de “aparatos”. El hombre se separó de la comunidad, la persona del organismo, la humanidad del cosmos.
Generalmente identificamos a Descartes con el nacimiento de la “racionalidad” moderna.
Otros legados de su obra en nuestro paradigma son el abordaje lógico y objetivo del sentido y la concepción de la conciencia como una zona de actividad dominante en el fenómeno de la personalidad.
Aunque el fenómeno del pensamiento es un fenómeno animal y no divino, las movidas simbólicas y artísticas quedan relegadas frente al pensamiento racional, que se muestra como custodio del sentido
Descartes fue uno de los actores más destacados de este proceso de construcción de la experiencia moderna del cuerpo separado de la vida. El alma, reducida a razón, y considerada como lo único genuinamente humano se trascendió y se independizó del cuerpo. Lo más extraordinario y paradójico de todo el sistema cartesiano es que al mismo tiempo que supone la independencia absoluta de la razón pretende que ésta es capaz de imponerse a los instintos y pasiones propios de la naturaleza.
Descartes sostenía que cualidades como las emociones, los valores, el bien y el mal eran funciones de la mente, gobernadas por principios diferentes a los del cuerpo, parecido a una máquina, trescientos años después estas ideas siguen integradas a nuestra cultura.
La visión que la cultura occidental va a privilegiar no es la del ojo corporal‑sensible-afectivo frente a un mundo en transformación sino aquella que puede proveer el “ojo de la mente”, al que se supone capaz de observar la idea pura e inmutable detrás de las percepciones variables y heterogéneas
Esta división de la mente y el cuerpo es uno de los fundamentos de la ciencia occidental y pasó a ser la “verdad” sobre como funciona el mundo
Y en el ámbito de la educación esa tendencia la podemos ver claramente: todo conocimiento académico que no sea de orden lógico lingüístico o matemático es considerado como de segunda selección o “sospechoso”
Comparto los videos que presentaron en el práctico mientras les propongo un ejercicio de reflexión con estas preguntas:
¿Qué sería entonces el pensamiento si no es la expresión de la racionalidad?
¿Es posible pensar una psicología no racionalista : que considere al hombre y su comportamiento orgánico, con un cuerpo que busca, que siente y que vive?
viernes, 2 de abril de 2010
Cartesianismo: “vivir del cuello para arriba”
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2 comentarios:
Este tipo Robinson sigue dando la nota en todos lados.. les recomiendo también leer a Jenkins ;)
Abel! Sigo siguiendo tus posteos en el blog, siempre de mucha calidad intelectual ;) curse la materia el año pasado y quede bastante copada! Aprovecho para pasarte el proyecto de unos amigos pa que chusmees cuando tengas un rato www.freedomslife.com
Besos y buena vida!!
Belén Santandreu
Y comento medio siglo después... pero creo que vale la pena, aunque no tenga excusa, recién ahora me acordé de ponerme a leer, y me encantó lo que escribiste, Abel, la manera de explicarlo es super clara y creo que a veces los textos originales se entienden mucho mejor o se ven desde otra perspectiva si alguien te los explica de manera sencilla e indicando los puntos en los que debería hacerse hincapié en la lectura.
Qué sería el pensamiento... ¿Quién sabe? Yo creo que todas las teorías psicológicas de Descartes para acá, tanto occidentales, orientales, ortodoxas, tradicionales o revolucionarias... hay demasiados que trataron de explicarlo. Algunos se imponen y otros muerden el polvo... pero solo hasta que una idea "mejor" aparezca y se la corone como verdad. No hay una verdad absoluta, y a pesar de que "en teoría" ya no consideramos la mente como algo que pueda vivir separado del cuerpo... la imagen está muy arraigada, como bien decís. No sé, creo que nunca va a haber una respuesta totalmente satisfactoria... pero justamente creo que en eso reside la importancia e interés que despiertan este tipo de cuestiones.
Una psicología no racionalista es posible, estoy completamente segura de eso. Además, habiendo leído y releído los textos sobre Zen, me es fácil decirlo, ¿no? Como puse en el parcial, creo que habría que pensar la psicología, y con ella al hombre, uniendo ambas perspectivas, occidental y oriental, porque me parece que no son irreconciliables. En realidad, a mi ver, se complementan, una puede cubrir muchas de las falencias de la otra, y juntas pueden llegar a una explicación más completa... Sigo pensando que no a "La Verdad"... pero acercarse bastante, ja!
Por cierto, por la otra flaca que comentó... lean a Jenkins, es lo más!! ^^
Saludos!!
Rocío Luengo
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